El encuentro, celebrado a puertas cerradas, en el que participaron cardenales, obispos y expertos de todo el mundo, analizó en particular el camino recorrido por la reforma litúrgica, especialmente en los 25 años del pontificado de Juan Pablo II.
Con esta iniciativa, explicó el cardenal Francis Arinze, prefecto de la Congregación, la Santa Sede ha buscado «llamar la atención sobre los objetivos que todavía quedan por alcanzar para que se realice plenamente lo que ha enseñando y deseado la «Sacrosanctum Concilium»».
«Este compromiso exige relanzar la formación a todos los niveles –añade el comunicado–. El horizonte es el de los grandes desafíos de la nueva evangelización y de la inculturación de la fe».