Carlos I (1887-1922), joven emperador de Austria y rey de Hungría, nació el 17 de agosto de 1887 en Persenbeug (Austria). Fue proclamado emperador de Austria y rey de Hungría, en 1916, mientras tenía lugar la primera guerra mundial.

Cinco años antes se había casado con la princesa Zita de los Borbones de Parma, a quien en el día de bodas le dijo: «Ahora tenemos que llevarnos el uno al otro al cielo». Tuvieron ocho hijos.

Cuando cayó el Imperio Austro-Húngaro el 11 de noviembre de 1918, Carlos abdicó. En marzo de 1919 salió de Austria y fue destituido formalmente por el Parlamento austríaco en abril. Pasó su exilio en la isla de Madeira (Portugal), donde falleció a los 34 años.

«Sirvió a su pueblo con justicia y caridad», explicó el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación vaticana para las Causas de los Santos, en la ceremonia de promulgación del decreto que reconoce un milagro a su intercesión.

«Buscó la paz, ayudó a los pobres, cultivó con empeño su vida espiritual. La fe le apoyó desde la juventud, y sobre todo en el período de la primera guerra mundial, y en el exilio en la isla de Madeira (Portugal), donde murió santamente», concluyó el cardenal portugués.