JERUSALÉN, 17 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Ya se han sentado las bases para que se levante en la parte antigua de Jerusalén, como signo de unidad, un centro de espiritualidad y de estudio de los Focolares junto a la escalera de piedra donde, según la tradición, el Jueves Santo Jesús invocó al Padre la unidad.
La iniciativa se enmarca en el 60º aniversario de la fundación del Movimiento de los Focolares –celebrado el pasado 7 de diciembre–, una ocasión que ha llevado a miembros del Movimiento en el mundo a reunir una primera contribución para la realización de este proyecto.
El mes pasado se firmó un acuerdo por el que el Patriarcado latino de Jerusalén concede en uso perpetuo a los Focolares una parcela de terreno situada justamente cerca de «aquella escalera».
Se pone en marcha de esta forma un sueño de hace casi 50 años, cuando en 1956 Chiara Lubich visitó por primera vez Tierra Santa.
Es precisamente en aquella página del Evangelio, leída en un refugio durante la Segunda Guerra Mundial, donde Chiara Lubich y sus primeras compañeras descubrieron el porqué de sus vidas.
El Movimiento de los Focolares –«Obra de María»–, nacido en 1943 en la ciudad italiana de Trento, involucra hoy a cuatro millones y medio de personas en 182 países; más de dos millones son adherentes y simpatizantes.
Chiara Lubich inició esta corriente de espiritualidad centrada en el amor, expresado en el Evangelio, que suscitó un Movimiento de renovación espiritual y social: la espiritualidad de la unidad, que se traduce actualmente en diálogo dentro de la Iglesia, diálogo ecuménico, diálogo interreligioso y diálogo con los no creyentes.
Desde hace 25 años, el Movimiento de los Focolares está presente en Tierra Santa con algunos centros en Jerusalén y Haifa comprometidos en llevar la paz y la unidad a esa convulsionada región.
Más información en www.focolare.org.
