El británico Mark Henderson y los israelíes Beni Daniel, Ortaz Ohayon, Ido Joseph Guy y Erez Altawil fueron apresados el pasado 12 de septiembre junto a la alemana Reinhilt Weigel y el español Asier Huegun Etxeberría –liberados un mes atrás– cuando visitaban las ruinas arqueológicas indias de la Ciudad Perdida, en la norteña Sierra Nevada de Santa Marta.
Los extranjeros fueron entregados a una comisión humanitaria integrada por monseñor Héctor Fabio Henao –director de la Pastoral Social del episcopado colombiano–, monseñor Alberto Giraldo Jaramillo –arzobispo de Medellín–, el padre Darío Echeverri –secretario de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN, de la Iglesia)–, el defensor nacional del Pueblo, Vólmar Pérez, el ex procurador Jaime Bernal Cuéllar y un representante de la ONU.
En la operación, la red católica «Cáritas Internationalis» actuó como garante. Según informa el diario colombiano «El Tiempo», los extranjeros fueron entregados durante un acto en el que dos jefes del Comando Central (COCE) del ELN leyeron un comunicado relativo a la necesidad de buscar una «alternativa política» a un conflicto interno de casi cuarenta años.
Los líderes rebeldes confirmaron igualmente su disposición a dar continuidad a los acercamientos que han mantenido con la Iglesia Católica y la comisión civil que busca facilitar un diálogo del grupo con el gobierno, según declaró el ex procurador Bernal.
Los rebeldes secuestraron a los extranjeros en la llamada «Operación Allende vive» –por el 30º aniversario del derrocamiento y muerte de Salvador Allende, el presidente socialista de Chile— y la justificaron por la necesidad de denunciar en el ámbito internacional la crisis humanitaria que afrontan los lugareños del macizo montañoso.
A una verificación de esa crisis fue supeditada por el grupo insurgente la entrega de los excursionistas. Un comité de la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo realizó esa tarea y la semana pasada entregó al presidente colombiano Álvaro Uribe un informe en el que se denuncia que esas comunidades viven una situación humanitaria crítica.
Los extranjeros liberados, de acuerdo con monseñor Henao, se encuentran en buen estado de salud, aunque cansados.
Por su parte, el defensor nacional del Pueblo, Vólmar Pérez, afirmó que «registramos con mucha complacencia que el acto de liberación de los cinco extranjeros se produjo sin contratiempos ni dificultades, y que el ELN haya cumplido el compromiso que adquirió de entregarlos antes de la Navidad».
Por la noche, en la sede de la embajada de Israel, en el norte de Bogotá, Orpaz Ohayon, Ido Guy y Erez Altawil, junto a algunos familiares, al embajador Yair Recanati y miembros de la colonia israelí en el país, celebraron el cuarto día de Hanuka (celebración religiosa judía) por su liberación.
Durante el acto se leyó una carta de Tami Ohayon, padre de Orpaz, en la que agradeció la gestión de la Iglesia Católica colombiana para la liberación de su hijo. «Merecen el premio Nobel de la Paz», señaló en la misiva, que fue leída por el embajador.