LOURDES, miércoles, 11 febrero 2004 (ZENIT.org).- Más de seis millones de peregrinos visitan todos los años la pequeña localidad de Lourdes en el Sur de Francia, conocida en todo el mundo por los milagros que con frecuencia allí se han registrado.
La Iglesia católica ha reconocido oficialmente 67 milagros y unas 7.000 curaciones inexplicables tras las apariciones de la Virgen María en Lourdes (11 de febrero de 1858), según constata el libro «El médico ante los milagros» («Il medico di fronte ai miracoli», Editorial San Paolo), redactado por la Asociación de Médicos Italianos.
En la obra ha colaborado el doctor Patrick Thiellier, director del «Bureau Medical», la Oficina Médica, creado en el Santuario para examinar científicamente los supuestos casos de curación.
En 1905 Papa Pío X pidió que todos los casos de supuestos milagros o curaciones registrados en Lourdes fueran analizados de manera científica.
La Oficina Médica
La Oficina Médica explica en su página web (http://www.lourdes-france.com) que su objetivo es el de poder declarar una curación «segura, definitiva y médicamente inexplicable».
Para ello, se aplican cuatro criterios: «que el diagnóstico de la enfermedad sea perfectamente claro»; «que el pronóstico sea permanente o terminal, a breve plazo»; «que la curación sea súbita, sin convalecencia, completa, de golpe y duradera»; «que ningún tratamiento pueda considerarse como origen de esa curación ni siquiera que la haya favorecido».
Los enfermos que llagan a Lourdes en grupo, acompañados de al menos un médico, vienen con un expediente médico que describe su estado.
Ese expediente sirve de base de trabajo cuando un peregrino declara haber sido curado.
En caso de que se dé una curación milagrosa, el expediente y el peregrino curado son presentados en la Oficina Médica, es decir al médico permanente de Lourdes y a todos los médicos presentes aquel día y que deseen participar en ese examen.
El examen se hace siguiendo un cuestionario preciso. Al terminar ese examen no se llegará a conclusión definitiva alguna. La persona curada será invitada a presentarse ante la comisión al año siguiente o en los años siguientes.
El Comité Médico Internacional
Si los diferentes exámenes han resultado favorables, el caso de curación será transmitido al Comité Médico Internacional.
Esta segunda instancia se creó en 1947 y está compuesta por unos treinta especialistas, cirujanos, profesores o agregados de diversos países que se reúnen una vez al año.
Como en un tribunal de apelación, el Comité Médico confirma o rechaza la postura tomada por la Oficina Médica en «primera instancia».
El voto final sobre la investigación propone tres opciones : el rechazo, la aceptación definitiva del sujeto como curado excepcionalmente, o la decisión de esperar para completar la investigación. Las decisiones deben ser tomadas por amplia mayoría. En caso de que el caso sea aprobado, será reconocido como «médicamente inexplicable».
Examen de la Iglesia
Esto no significa que se trate de un milagro. Para que se dé esta declaración, se requiere el estudio del caso por parte de la Iglesia. El expediente es confiado al obispo del lugar donde reside la persona curada, quien debe crear una comisión diocesana formada por sacerdotes, canonistas y teólogos.
Las normas que dictan la conducta de la Comisión son las determinadas en 1734 por el futuro Papa Benedicto XIV en su tratado : «De la beatificación y de la canonización de los siervos de Dios» (Libro IV, parte 1ª capitulo VIII, nº 2).
Esta comisión debe garantizar que no encuentre para la curación explicación alguna válida, médica o científica, natural.
A continuación, corresponde al obispo pronunciarse de forma definitiva. Después de haber invocado el Espíritu Santo, declarará milagrosa o no milagrosa la curación.