El llamamiento ha sido lanzado por la provincial de las 60 Combonianas del país africano, la hermana Angelina Zenti.
En una declaración publicada por «Femmis», página web de las Misioneras Combonianas, señala que en Nampula, después del asesinato de la misionera brasileña luterana Doraci Edinger, el 21 de febrero, reina el silencio y la intimidación.
«Y un silencio denso se respira también en torno al camino que lleva al monasterio» –escriben las religiosas–. «Estad tranquilos ante cualquier cosa que sucediera nos pondremos en las manos de Dios, y Él no nos abandonará».
Las Siervas de María en Nampula ya han recibido amenazas de muerte. Según un informe publicado a inicios de febrero por la agencia Veritas, las monjas han escapado hasta hoy al menos a cuatro emboscadas por haber denunciado a las autoridades locales «secuestros y asesinatos de múltiples personas, muchas veces niños, víctimas de una red de tráfico de órganos».
Según el mismo informe, una consagrada laica, la hermana Elilda, originaria de Brasil, investigó por los barrios de Nampula y descubrió pruebas concluyentes. «Llegó a descubrir un lugar en la ciudad en el que había un cadáver al que habían extirpado los ojos, el corazón y los riñones, junto a material quirúrgico».
La religiosa lo grabó todo con vídeo y tiene fotos, también de otras sepulturas clandestinas.