ROMA, domingo, 28 marzo 2004 (ZENIT.org).- Comunicar el sentido fecundo del dolor es el desafío cristiano que se ha planteado un Congreso que ha reunido en Roma a biblistas, teólogos, filósofos, psicólogos, médicos y agentes pastorales entre el 24 y el 25 de marzo.
El encuentro, que llevaba por lema «El sufrimiento entre resistencia y rendición», ha sido organizado por la Facultad Pontificia Teológica «Teresianum» y por el Instituto Internacional de Pastoral Sanitaria «Camillianum» para celebrar los veinte años de la carta apostólica de Juan Pablo II sobre el sufrimiento, «Salvifici doloris» (11 de febrero de 1984).
El cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, ofreció una lectura bíblica del sufrimiento, explicando que «la Escritura mira con realismo el fenómeno y la primera respuesta es el compromiso operativo para vencerlo».
«El sentido de la paradoja de la fe católica está en el interpretar las formas de sufrimiento presentes en la creación, como los dolores del parto que llevan a la vida», sugirió el purpurado portugués.
El filósofo Mario Bizzotto indicó que «el encuentro con Cristo es el encuentro con el mundo de los que sufren», mientras que el profesor Bruno Moriconi, docente en el «Teresianum», expuso que en la Biblia el dolor es «un hecho inevitable, un escándalo y un misterio», pero recordó que es también un medio de «revelación del mismo Dios».
En una línea más artística, la arquitecta Chiara Cavallini propuso una lectura pastoral del dolor a través del arte. Esta doctora experta en arte sacro ilustró imágenes e iconos del camino de Cristo hacia la cruz así como representaciones de la Resurrección.
Monseñor Sergio Lanza, profesor de teología pastoral de la Pontificia Universidad Lateranense consideró que el problema pastoral de la Iglesia ante el dolor consiste en «transmitir y comunicar los contenidos de la fe en una sociedad adulta».
Para este profesor, «toda la comunidad cristiana tiene que ser testigo de la necesaria integración entre palabra de Dios y vida cotidiana», así como de la manera en que se administran y reciben los sacramentos.
El padre Giuseppe Cinà, profesor del «Camillianum», explica que el congreso ha querido también celebrar el cuadragésimo aniversario del decreto del Concilio Vaticano II «Unitatis Redintegratio».
De hecho, el lema del congreso se inspiró en una la figuradle teólogo luerano Dietrich Bonhoeffer, asesinado por los nazis.
Desde la cárcel escribió en 1944 que «Cristo no nos ayuda en virtud de su omnipotencia sino de su sufrimiento».
Por este motivo, los organizadores del Congreso invitaron a protestantes a ilustrar su visión el dolor, como por ejemplo, al teólogo de la comunidad evangélica valdense, Ermanno Genre.
Las actas del congreso serán publicadas a finales de año.