PEKÍN, martes, 30 marzo 2004 (ZENIT.org).- Abortos e infanticidios podrían llevar a China a tener en la próxima década hasta 60 millones menos de mujeres --según datos proporcionados por la ONU— si no se erradica la tradicional preferencia por los varones.

De acuerdo con Jalid Malik, coordinador del organismo internacional en Pekín, estas prácticas alimentan algunas plagas sociales, como la prostitución y el tráfico de seres humanos, cita «Asianews».

Y es que la diferencia de género es una asignatura pendiente en China, advierte el informe presentado el jueves pasado en Pekín por el Programa para el Desarrollo de la ONU y el gobierno chino en el que se analizan los avances verificados respecto a los objetivos marcados en la Cumbre del Milenio de 2000 para 2015.

De acuerdo con las estimaciones del gobierno, en China hay 116 varones por cada 100 mujeres, cifra que varía en algunas zonas a 122 varones por cada 100 mujeres.

En la mayor parte de los países existen más mujeres que hombres, de acuerdo con la normal marcha demográfica y la mayor tasa de supervivencia de las mujeres en el nacimiento. Sin embargo, a causa de los abortos selectivos y de los infanticidios, China y la India se encuentran entre los países que presentan una tendencia contraria.

La política del hijo único, emprendida por China para contener el crecimiento de la población, contribuye a arraigar más aún estas prácticas.

Especialmente en los campos, donde existe mayor necesidad del hijo varón para el trabajo, muchas parejas abandonan a las niñas recién nacidas o evitan registrarlas, cosa que impide su asistencia a la escuela y conduce a una vida muy difícil, a la explotación y a la prostitución.

La escasez de niñas está ocasionando además fuertes trastornos sociales: cada vez más hombres no logran encontrar esposa y acuden a los traficantes de mujeres. Y en muchas familias los hijos únicos deben atender a dos o más ancianos.

«La escasez de mujeres tendrá enormes implicaciones en el futuro para el desarrollo social y económico de China», destacó Jalid Malik, quien hizo hincapié en que «en la próxima década podría haber hasta 60 millones menos de mujeres», recoge «Europa Press».

Para la ONU, la predeterminación del sexo de los hijos es «ilegal»; sin embargo, admite que es muy difícil controlar e impedir que esto se haga, ya que existen técnicas que lo permiten y que cada vez son más accesibles.

No obstante, pese a que el gobierno chino está realizando programas para encontrar soluciones que eviten estas prácticas, pide a Pekín que haga aún más esfuerzos.