La detención de otro obispo en China es inadmisible, advierte la Santa Sede

No se han ofrecido motivaciones jurídicas de su privación de libertad

Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 7 abril 2004 (ZENIT.org).- El director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, ha calificado este miércoles de inadmisible la detención por parte de las autoridades chinas del obispo católico de Zheng Ding (Hebei), monseñor Julio Jia Zhiguo.

«Una vez más, un miembro de la jerarquía católica es privado de la libertad personal sin ofrecer motivaciones jurídicas», constata el portavoz.

«Ello no es admisible en un Estado de Derecho que declara garantizar “la libertad de religión” y “respetar y preservar los derechos humanos”», concluye la nota difundida esta mañana.

Se da la circunstancia de que la a Asamblea Nacional Popular, en sesión anual del 5 al 14 de marzo, integró en la Constitución de la República Popular China la noción de la protección y del respeto de los derechos del hombre, incluida la «libertad de religión».

Monseñor Julio Jia Zhiguo, obispo de la Iglesia católica «clandestina» –que reconoce la autoridad del Papa y no está oficialmente aprobada por Pekín— fue detenido el pasado 5 de abril, si bien la noticia fue difundida el día siguiente por la «Fundación Cardenal Kung».

A las 13.30 horas, cuatro policías llegaron en coche a la residencia del prelado y se lo llevaron. A quien les preguntó el motivo le respondieron que «seguían órdenes de sus superiores». Por el momento, el lugar donde se encuentra retenido tampoco se conoce.

De 69 años de edad, monseñor Julio Jia Zhiguo es obispo desde 1980. Casi siempre ha vivido en arresto domiciliario. A veces, en ocasiones de importantes reuniones del Partido o de visitas de jefes de Estado y personalidades extranjeras, es detenido y aislado en lugares desconocidos. El prelado ya ha pasado 20 años en prisión.

Está al frente de la diócesis de Zheng Ding, una de las más vivas de Hebei, la zona con mayor concentración de católicos: aproximadamente un millón y medio. Se ocupa del cuidado de un centenar de huérfanos discapacitados.

Fuentes de «Asianews» creen posible que monseñor Julio Jia Zhiguo haya sido secuestrado por la policía justamente con ocasión de la Pascua. La seguridad pública, para evitar lo que definen como «desórdenes sociales» –esto es, las celebraciones litúrgicas no controladas por el gobierno–, detienen a sacerdotes y obispos de la Iglesia «clandestina» durante el período que va desde Pascua a Pentecostés.

Otras fuentes señalan que desde el pasado noviembre, el gobierno ha emprendido una campaña para eliminar los cultos «clandestinos», sin distinción entre religiones reconocidas, sectas o grupos de exaltados.

Hace justamente un mes, el pasado 5 de marzo, monseñor Wei Jingyi, obispo «clandestino» de la diócesis china de Qiqihar, fue arrestado en el aeropuerto de Harbin (Heilogjiang, al noroeste de China) cuando acudió a recoger a unos amigos extranjeros.

La reacción de la Santa Sede no se hizo esperar: «En caso de que haya imputaciones contra el obispo arrestado, deberían hacerse públicas, como sucede en cualquier Estado de Derecho», advirtió entonces Navarro-Valls, recalcando que la Santa Sede, por su parte, no tenía ningún motivo para dudar de la inocencia del prelado. Éste fue puesto en libertad el 14 de marzo.

En estos momentos, en China hay unos cincuenta obispos y sacerdotes encarcelados o sin libertad para ejercer su ministerio. Además, una veintena de religiosos están en la cárcel o en campos de trabajos forzados.

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }