México: Médicos católicos denuncian la nueva esclavitud por clonación

El Senado ha dejado posibilidades ilimitadas para la experimentación con embriones humanos

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MÉXICO, martes, 4 mayo 2004 (ZENIT.org).- La Asociación de Médicos Católicos de la arquidiócesis primada de México ha emitido un comunicado en el que advierte sobre los peligros y las nuevas esclavitudes a las que se va a enfrentar el país por la aprobación de la Cámara de Senadores de la investigación con células estaminales embrionarias con fines experimentales.

«Por un lado –argumentan los médicos católicos–, algunos legisladores justifican la muerte de los embriones alegando que servirá para curar enfermedades o simplemente niegan que los embriones concebidos sean seres humanos».

«Por el otro –añaden–, científicos y expertos han explicado a los legisladores que no es necesario matar para conseguir las mismas células y defienden la vida en su fase inicial».

A continuación, los médicos católicos de la arquidiócesis primada de México, cuyo pastor es el cardenal Norberto Rivera Carrera, hacen la distinción sobre lo que son las células estaminales embrionarias y lo que ocurre cuando las células estaminales son extraídas de un embrión, que, finalmente impide que el embrión pueda seguir desarrollándose, condenándole a muerte.

«Ante esta nueva polémica –explican– la Iglesia denuncia una nueva forma de racismo, según la cual, la vida de algunos mexicanos no sería más que un fármaco para otros. Basándonos en el estatuto biológico, legal y antropológico del embrión humano y en los principios fundamentales bioéticos, científicos es ilícito matar a un inocente incluso cuando se trata de reportar un beneficio a la sociedad mexicana».

Recientemente, la urgencia de crear el Instituto de Medicina Genómica, hizo modificar un texto aprobado por el Congreso de la Unión en diciembre de 2003 al suprimir la ultima parte del inciso primero del articulo 7 bis de la ley de Institutos de Salud que impedía ser sujetos de investigación a las células troncales humanas de embriones vivos o aquellas obtenidas por transplante nuclear.

El texto fue reformado y aprobado por el Senado de la República y abre, ahora, posibilidades ilimitadas para la experimentación con embriones bajo la premisa de que las aplicaciones terapéuticas de las células estaminales podrían ayudar a tratar enfermedades muy diversas. Sin embargo, añaden los médicos católicos, «todo esto queda aún en el plano de las promesas».

El comunicado afirma que con la eliminación del texto en la ley del Instituto de Medicina Genómica se inicia una nueva y terrible forma de esclavitud en México, pues «no puede negarse que la intención de la eugenesia latente abre las puertas a la explotación del embrión humano».

Denuncia, asimismo, «lo aberrante que resulta invertir en tales investigaciones enormes fondos públicos, sustrayéndolos de soluciones a las tragedias nacionales tales como el desabasto en medicamentos básicos, la saturación del sistema de salud o la malnutrición de miles de mexicanos».

Finalmente, señalan que es absurdo «seguir buscando el apoyo de la opinión pública para estos proyectos prometiendo el inminente tratamiento de muchas enfermedades crónicas, aunque no haya certeza alguna de verdadera aplicación clínica durante muchísimos años aún y aunque toda investigación preliminar sobre animales se haya omitido deliberadamente».

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ZENIT Staff

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