Enviado papal a Sudán: Pasos para evitar la catástrofe en Darfur

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Pide envío de ayuda a la población y presión internacional al gobierno de Jartum

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ROMA, viernes, 23 julio 2004 (ZENIT.org).- El enviado especial de Juan Pablo II a Sudán ha pedido las oraciones de todos los católicos del mundo y su movilización a través de las instituciones católicas de asistencia para salir en ayuda de las poblaciones de Darfur.

El arzobispo Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum» ha hecho una análisis de la situación en el país africano y de la respuesta que debe ofrecer la Iglesia y el mundo en una entrevista concedida a la agencia televisiva Rome Reports.

En el origen del conflicto, el prelado alemán que llegó este jueves a Jartum ve «el abandono de Darfur», región occidental del país, «por parte del gobierno de Jartum».

«La gente sentía que no se le trataba bien. De este modo, se creó un grupo de rebeldes que emprendió la guerra contra el gobierno, contra el Estado», explica el arzobispo, quien no considera que en esa región particular el conflicto sea de carácter «religioso», sino más bien «étnico».

«Ahora el gobierno actúa contra ellos para restablecer el orden y no parece que lo haga de la mejor manera. Utiliza grupos milicianos tribales para atacar a la población de Darfur», sigue diciendo, tras constatar que unas diez mil personas han muerto en este conflicto regional en los últimos meses.

Se habla de dos millones de refugiados, afirma Cordes, confesando su preocupación por las consecuencias que puede tener un desplazamientos de población de enormes dimensiones: «Se habla de un genocidio como el de Ruanda a cámara lenta».

«El Santo Padre está muy preocupado por esta situación, de manera que me ha enviado a hablar con la gente, en especial con los obispos responsables de la zona, para llevar algo de consuelo y atraer la atención» por lo que está sucediendo.

«El Vaticano no es una fuerza política sino una autoridad moral y puede promover una mayor sensibilización sobre el problema», explica.

«Al mismo tiempo, la Iglesia siempre trata de ayudar concretamente con medios materiales. Caritas Internationalis ha hecho un llamamiento para enviar dieciocho millones de dólares para llevar ayuda, agua, medicinas, y construir refugios», añade.

«Tenemos el problema de que el gobierno de Jartum no deja fácil acceso para hacer llegar estas ayudas. Al mismo tiempo, creo que se dará cuenta de la necesidad de la gente y que abrirá las puertas», opina, reconociendo la necesidad de que la comunidad internacional haga presión sobre el ejecutivo sudanés.

A los católicos, monseñor Cordes les invita en primer lugar a rezar «para que el Señor ayude a estas poblaciones» y, en segundo lugar, a colaborar económicamente con las instituciones de ayuda católicas comprometidas, como es el caso de Cáritas.

El presidente de «Cor Unum» visita en nombre de Juan Pablo II los rincones del mundo donde la guerra o las catástrofes naturales han regado sangre y lágrimas. Al explicar el significado de su visita, aclara que la gente «conoce al Papa, conoce al hombre de blanco que vive en Roma, aunque no sean católicos. Creo que, si voy en su nombre, se les ofrece una ayuda moral para el futuro, para sus esperanzas».

«A veces es duro –reconoce–. No sólo por la diferencia cultural o por el hecho de que los medios de transporte no son buenos. Sobre todo es duro ver sufrir a la gente y esto te introduce en el sufrimiento. Por otro lado es una labor importante y útil para la gente, por esto lo hago con agrado».

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ZENIT Staff

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