Cuando se deja morir a los bebés

Regresa el debate sobre el aborto en Gran Bretaña

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LONDRES, sábado, 24 julio 2004 (ZENIT.org).- La controversia ha vuelto a estallar en Gran Bretaña en torno a las leyes sobre el aborto tras la publicación de una serie de artículos en el Sunday Times sobre abortos tardíos. El periódico informaba el 20 de junio de algunos casos en los que los bebés habían sido dejados sin atender para que murieran tras haber sobrevivido a los abortos.

El artículo citaba declaraciones de una comadrona, según la cual, su hospital tenía una regla no escrita de no ayudar a los bebés que sobrevivieran a los abortos. Otro caso tenía que ver con un bebé que sobrevivió tres días. El infante recibió alimento, pero ninguna ayuda médica. La ley británica permite el aborto hasta las 24 semanas pero, en caso de malformaciones, puede ejecutarse hasta el final del embarazo.

El 27 de junio el Sunday Times informaba de un caso de un bebé sano nacido tras 25 semanas de embarazo. El bebé estaba sólo a unas horas de ser abortado, pero la madre dio a luz prematuramente. El bebé sobrevivió.

Poco después de estas revelaciones, tuvo lugar la conferencia anual de la Asociación Médica Británica. Según la información presentada en el encuentro por el doctor Michael Wilks, jefe del comité de ética de la asociación, en el 2002 se puso fin a 114 embarazos pasadas las 24 semanas, informó el Telegraph el 2 de julio. Otros datos del 2002, publicados por el Sunday Times el 4 de julio, revelaron que fueron abortados 1.354 bebés de 22 semanas o más de gestación, edad a la que pueden sobrevivir tras el nacimiento.

La conferencia debatió a continuación una resolución en la que se pedía dar a los bebés que sobrevivieran a los abortos «los mismos cuidados neonatales previstos para los demás bebés». La moción fue aprobada por el 65,3% de los doctores.

Un editorial del Sunday Times del 4 de julio afirmaba que hubo cerca de 185.000 abortos en Gran Bretaña en el 2002, el último año del que se tienen datos. Esto significa que casi una cuarta parte de las concepciones acaba en aborto. Éste es uno de los porcentajes más altos de Europa, y el número de abortos está aumentando.

Incluso el editorial del Sunday Times, que estaba a favor de mantener el aborto legal, admitía que este asunto se ha escapado de las manos. Citaba una investigación de un activista pro vida, que preguntó a chicas en edad escolar qué harían si se encontraran embarazadas justo antes de unas vacaciones para esquiar. «La respuesta fue que abortarían y se irían de vacaciones».

«Esto no era lo que tenían en mente los redactores de la ley de 1967 cuando especificaron las condiciones del aborto», observaba el editorial. La ley de 1967 permitía el aborto cuando un bebé «dañase la salud física o mental de la mujer» o dañara a otros hijos que la mujer ya tuviera.

Propuesto el cambio del límite de tiempo
David Steel, que introdujo la propuesta de ley en la Cámara de los Comunes que llevó a la ley del aborto de 1967, irrumpió en el debate con un artículo de opinión en el Guardian, el 6 de julio. Explicó que originalmente el límite de tiempo de la ley para abortar se fijó en 28 semanas. Tras las mejoras médicas en la viabilidad de los nacimientos prematuros, en 1990 esto se redujo hasta las 24 semanas.

Steel defiende los abortos, incluso los abortos tardíos en el caso de las malformaciones. Pero admitía la necesidad de reconsiderar la cuestión de los abortos avanzados, diciendo que tendía hacia la idea de bajar el límite a 22 semanas e intentar restringir los abortos a las 12 primeras semanas.

Preguntado en el Parlamento, el primer ministro Tony Blair afirmó que el asunto del límite de tiempo para los abortos podría revisarse, informó el 7 de julio la BBC. Pero la oficina del primer ministro explicó que no hay un plan formal del gobierno para cambiar la ley.

Las organizaciones pro vida han tenido diversas reacciones ante la idea de bajar el límite de tiempo para abortar. La Sociedad para la Protección de los Niños no Nacidos se opuso a la propuesta de Steel. En un comunicado de prensa del 5 de julio, Anthony Ozimic de la Asociación comentaba: «La propuesta de Lord Steel no tiene como propósito reducir el número de abortos, mientras pide una prohibición general de los abortos después de las 12 semanas la acompaña con la promoción del aborto a voluntad antes de las 12 semanas».

En contraste, la organización Life, según el Times del 8 de julio, afirmaba: «Damos la bienvenida a cualquier medida que reduzca la cantidad de niños no nacidos abortados».

El cardenal Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo de Westminster, afirmaba que daba la bienvenida al apoyo de Blair a una revisión de la ley, según una nota de prensa de las oficinas de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales.

Y el arzobispo de Cardiff, monseñor Peter Smith, observaba: «Los avances en la medicina fetal revelan cada vez más claramente la humanidad del niño no nacido. Ante esta evidencia, no es de sorprender que muchas personas pidan ahora un cambio en la ley del aborto». Y añadía: «Trágicamente, nuestra actual ley ha sido usada para sancionar el asesinato del no nacido a escala masiva. Espero que las personas de todos los credos o de ninguno tendrán la voluntad política para contener la práctica del aborto que mina los verdaderos fundamentos de una sociedad civilizada».

Caminando en el seno materno
Otros dos acontecimientos recientes han contribuido a reconsiderar el aborto en Gran Bretaña. El 28 de junio, la BBC informaba de nuevos escáneres de ultrasonido que producen imágenes nítidas de los niños no nacidos. Los escáneres los usa Stuart Campbell en la Create Health Clinic de Londres. Mostró imágenes de fetos de 12 semanas que aparentemente «caminaban» en el vientre materno, así como imágenes de bebés no nacidos que parecían sonreír.

Campbell ha desarrollado una forma de mostrar imágenes tridimensionales de los no nacidos, así como el movimiento fetal. Los escáneres han revelado, por ejemplo, que desde las 12 semanas los bebés no nacidos pueden estirarse, pegar puntapiés y saltar alrededor del vientre materno –antes de que la madre pueda sentir el movimiento–. Campbell afirmaba que esto muestra que los bebés no nacidos desarrollan un comportamiento complejo desde los primeros estadios de su desarrollo.

Los escáneres han llevado a Campbell a reconsiderar su propia posición ante el aborto, informaba el 29 de junio el Guardian. Ahora se opone al aborto de bebés después de 14 semana de embarazo. «Cuanto más estudio los fetos más absolutamente doloroso me resulta acabar con bebés que están tan avanzados en términos de comportamiento humano», afirmaba.

Otro acontecimiento que ha causado un amplio debate sobre el aborto fue la emisión televisiva de un reportaje en el que se filmaba un aborto. El 5 de abril el Telegraph afirmaba que era la primera vez que se televisaba un aborto en Gran Bretaña. La mujer que se sometía al aborto estaba embarazada de cuatro semanas. El programa también incluía imágenes de fetos abortados a las 10, 11 y 21 semanas.

El programa, «Mi Feto», fue realizado por Julia Black, cuyo padre fundó una clínica abortiva en Londres. Admitió que ella misma había abortado cuando tenía 21 años. Aunque declaraba su apoyo al aborto, Black decía al Telegraph: «Creo que el movimiento por la libre elección no puede seguir confiando en que el aborto es un derecho de la mujer. Tienen que comenzar a enfrentarse con la realidad».

El cardenal Murphy-O’Connor, haciendo un comentario el 11 de abril en el Telegraph, admitía la naturaleza provocativa de la película, pero esperaba que el acontecimiento llevara a la gente a pensar seriamente en lo que significa el aborto. «Muchos, quizás por primera vez, se darán cuenta de que el aborto implica la destrucción deliberada de una vida humana», afirmaba.

Puede que sea d
emasiado optimista el esperar cambios inmediatos en las leyes sobre el aborto en Gran Bretaña. Pero los últimos acontecimientos han obligado a la gente a reflexionar seriamente sobre la humanidad del no nacido.

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ZENIT Staff

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