Preside la delegación el cardenal alemán Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
La comitiva está conformada después por el cardenal Edgar Theodore McCarrick, arzobispo de Washington. Según el diario «Avvenire», su presencia se debe a la importancia que tuvieron católicos estadounidenses de esa archidiócesis para recuperar la sagrada imagen del mercado de subastas.
El grupo mariano «La Armada Azul», tras haberlo comprado y custodiado en Fátima, lo entregó hace más de diez años al Papa para que pudiera devolverlo al patriarcado ortodoxo ruso.
Entre los enviados del Papa se encuentra, además, el obispo Brian Farrell L.C., irlandés, secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristainos.
Es significativa también la presencia del obispo Renato Boccardo, italiano, secretario del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales, pues es además encargado de la preparación de los viajes del Papa.
Destaca también la presencia de Joaquín Navarro-Valls, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Entre los legados, se encuentra otro miembro (oficial) del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el padre Jozef Maj, S.J.
La lista de enviados papales concluye con un sacerdote y un laico que están desempeñando un papel importante en la promoción de las relaciones fraternas entre católicos y ortodoxos rusos: se trata del padre Enzo Bianchi, prior del Monasterio de Bose (Italia) y del profesor Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio.
A su llegada a Moscú, se unirán a la delegación el arzobispo Antonio Mennini, representante de la Santa Sede ante la Federación Rusa, y el arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia.
«La composición de la delegación fue comunicada al patriarcado el 14 de agosto pasado», indica el comunicado con el que la Sala de Prensa de la Santa Sede ha hecho público la conformación de la delegación pontificia.