NAKURU, viernes, 27 agosto 2004 (ZENIT.org).- Ante el hambre que azota la diócesis de Nakuru (Kenia centro-occidental), la Iglesia local ha lanzado un llamamiento al gobierno y a la comunidad internacional para que envíen alimentos «urgentemente».

8.000 familias carecen absolutamente de alimentos en la zona, y a ellas podrían sumarse otras 9.000 en pocos días si se acaban los alimentos almacenados.

De ello se hace eco la agencia misionera «Misna», que alerta de que esta situación se debe a «una de las más graves sequías de la historia» del país africano.

La Comisión «Justicia y Paz» de la citada diócesis denuncia que «además de la dificultad de obtener cosechas, se suman las especulaciones de los mercados: el precio del cereal se ha triplicado».

Según el PAM (Programa Alimentario Mundial), agencia de las Naciones Unidas, «son más de dos millones de personas las que necesitan ayuda alimentaria inmediata»

Se ha perdido un 60% de la cosecha en cinco de las ocho provincias del país, y se necesitan 156.000 toneladas de alimentos por valor de 76 millones de dólares.

Las zonas más golpeadas, entre ellas Rift Valley, necesitarán ayudas hasta enero de 2005.

Tesema Negash, a cuyo cargo está la dirección del PAM en Kenia, ha alertado de que la situación podría empeorar en los próximos meses –poniendo en peligro de hambre a otro millón de personas-- si las lluvias previstas para fines de año son tan escasas como las precedentes.