La educación en la abstinencia da pruebas de su sabiduría

Los estudios revelan los efectos positivos de algunos programas de educación sexual

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WASHINGTON, 16 de octubre de 2004 (ZENIT.org).- La ayuda del gobierno de Estados Unidos a programas de educación sexual que promueven la abstinencia suscita opiniones encontradas. La Cámara de Representantes votó a favor de un incremento del 49% en la financiación de la educación en la abstinencia, informó el 4 de octubre el Washington Times. No es probable que haya una votación en el senado hasta después de las elecciones de noviembre.

Si se aprobara, el aumento daría a los programas de abstinencia, para el 2005, 105 millones de dólares en fondos federales, cantidad superior a los 70,5 millones de dólares del año en curso.

Los fondos federales están «teniendo un impacto», afirmaba Leslee Unruh, presidenta de Abstinence Clearinghouse. Declaraba al Washington Times, sin embargo, que aun así la educación en la abstinencia recibe sólo un dólar por cada 12 destinados a los programas que promueven el uso del condón.

La promoción de la abstinencia tiene muchos oponentes. El 28 de septiembre, Advocates for Youth, hizo públicos un par de informes que, según la campaña de prensa, «suscitan nuevas cuestiones sobre la efectividad de la postura de abstinencia hasta el matrimonio como educación sexual financiada por el gobierno federal».

Según se informaba, la investigación de programas de abstinencia en 10 estados llevada a cabo por Advocates for Youth muestra que no hay «un éxito a largo plazo al retrasar la iniciación sexual o al reducir los comportamientos sexuales de riesgo».

Opiniones contrastadas
Pero los efectos positivos de retrasar la actividad sexual han sido defendidos de forma contundente en estudios publicados por la Heritage Foundation, con sede en Washington. El 21 de septiembre, la organización publicaba un informe titulado: «Teens Who Make Virginity Pledges Have Substantially Improved Life Outcomes» (Los Adolescentes que hacen Promesa de Virginidad mejoran sustancialmente sus Salidas en la Vida).

El informe proporciona evidencias sustanciales que demuestran que los adolescentes que se comprometen públicamente a refrenar su actividad sexual tienen menos probabilidades de embarazos adolescentes. Y probablemente tengan menos parejas sexuales.

El estudio citaba datos del National Longitudinal Study of Adolescent Health, financiado por el gobierno, que muestran que el comportamiento de los adolescentes que hacen un compromiso por la virginidad es significativamente diferente del de aquellos que no han hecho tal compromiso. Las adolescentes que han hecho dicho compromiso sufren un tercio menos de embarazos antes de los 18 años.

El informe de Heritage también observaba que casi dos tercios de los adolescentes que no han hecho promesa de virginidad son sexualmente activos antes de los 18 años. Por contraste, sólo el 30% de los adolescentes que se conoce que han hecho dicha promesa son sexualmente activos antes de los 18 años.

Aunque quienes hacen un compromiso por la castidad pueden romper ocasionalmente dicho compromiso, el informe observa que el retrasar el comienzo de la actividad sexual tiene algunos efectos positivos. Uno es reducir el número de compañeros sexuales a la mitad. Las encuestas citadas en el informe muestran que los beneficios duran hasta la edad adulta. Por ejemplo, las mujeres que eran sexualmente activas en la temprana adolescencia son menos propensas a tener matrimonios estables a sus 30 años, si se compara con las mujeres que esperaron.

Otra ventaja es la reducción del número de hijos nacidos fuera del matrimonio. El informe observa que es siete veces más probable que los niños nacidos y crecidos fuera del matrimonio vivan en la pobreza, en comparación con aquellos nacidos y crecidos en familias casadas. Asimismo, son más propensos a ciertos problemas sociales, que van desde el crimen a las dificultades emocionales.

Las adolescentes que hacen la promesa de refrenar su actividad sexual tienen sustancialmente menos probabilidades de dar a luz en sus años adolescentes o en sus primeros veinte. A la edad de 18 años, 1,8% de quienes han hecho la promesa en firme han dado a luz, en comparación con el 3,8% de las que no han hecho dicha promesa.

«Desgraciadamente», observa el estudio, «los adolescentes de hoy viven en una cultura popular saturada de sexo que celebra el sexo a edad temprana». Las instituciones sociales que enseñan los valores de la abstinencia pueden jugar un papel importante a la hora de ayudar a los adolescentes ante la presión de los medios y de sus compañeros, concluye el informe.

Un ulterior apoyo a la eficacia de los programas de abstinencia vino de un estudio llevado a cabo por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, informaba el 16 de julio el Washington Times. Al aumento de la abstinencia se atribuye una caída del 53% en los embarazos adolescentes, entre 1991 y el 2000. El incremento de utilización de los anticonceptivos suma un 47% de esa bajada, según el estudio.

Otros datos mostraban que las chicas entre 15 y 17 años sexualmente activas disminuyeron del 50,6% en 1991 al 42,7% en el 2001.

Comprensión, en teoría
Otro informe publicado por la Heritage Foundation ayuda a explicar porqué los programas de abstinencia pueden ayudar a cambiar el comportamiento de los adolescentes. El estudio «Educación en la Comprensión del Sexo vs. Abstinencia Auténtica: Un Estudio de Currículums en Competencia» fue publicado el 10 de agosto. Explicaba que en el pasado había dos posiciones básicas ante la educación sexual. Estaba la posición del «sexo seguro», que anima a los adolescentes a usar anticonceptivos, especialmente condones; y la educación en la abstinencia, que se enfoca en retrasar el comienzo de la actividad sexual.

En los últimos años se ha desarrollado una nueva postura, denominada «abstinencia-plus» o «educación comprensiva de la sexualidad». Ésta combina, en teoría, información sobre la abstinencia y anticoncepción.

La investigación para este informe analizaba los nueve currículums más importantes de abstinencia-plus y los nueve de abstinencia. Revelaba que en la práctica los programas de abstinencia-plus dedicaban sólo un 4,7% del contenido de sus páginas al tema de la abstinencia y un 0% a las relaciones sanas y al matrimonio.

Además, un detallado análisis de los contenidos de los programas de educación de comprensión del sexo muestra que su objetivo no es que los adolescentes se abstengan de actividades sexuales. Más bien, su fin es reducir el riesgo de embarazo y de enfermedades de transmisión sexual. «La abstinencia –o el no tener sexo- se menciona como una opinión que los adolescentes pueden considerar para evitar riesgos, pero se pone un abrumador énfasis en reducir el riesgo animando a utilizar anticonceptivos».

Por el contrario, los programas que promueven la abstinencia «tienen un acercamiento más holístico a la sexualidad humana». Ponen más énfasis en los aspectos sociales y psicológicos del sexo. Asimismo, examinan temas como el amor, la intimidad y el compromiso. «Se enseña a los jóvenes que la sexualidad humana no es primariamente física, sino de naturaleza moral, emocional y psicológica».

Los programas de abstinencia también promueven la idea de que «la felicidad personal, el amor y la intimidad es más probable que tengan lugar dentro del compromiso de un matrimonio fiel y que, por contraste, el sexo ocasional con múltiples parejas es más probable que mine el proceso natural de vinculación e intimidad».

Dónde aumentan los embarazos
Los efectos perjudiciales de los programas de educación sexual que promueven sólo el «sexo seguro» fueron puestos en evidencia en un estudio publicado en Inglaterra a principios de este año. El 14 de marzo, el Telegraph de Londres informaba de una encuesta llevada a cabo por el Family Education Trust, titulada «¿Educación Sexual
o Adoctrinamiento?». La encuesta analizaba las zonas donde la Unidad de Embarazo Adolescente del gobierno ha puesto en marcha programas para reducir el número de chicas que quedan embarazadas.

La estrategia de la unidad implica educación sexual más explícita en los colegios, con frecuencia llevada a cabo por enfermeras sin que esté presente el profesor. También reparte libremente condones y envía tarjetas de cumpleaños a las chicas que cumplen los 14 años pidiéndoles que asistan a controles de salud confidenciales sin sus padres.

El informe del Family Education Trust encontró que en la mayoría de los lugares, ha habido un aumento de los embarazos adolescentes tras la implementación de estos programas. Uno, en Cornwall, vio como aumentaban un 17% los embarazos entre el 2001 y el 2002. En York, los embarazos adolescentes subieron un 34%.

Escocia tuvo resultados similares tras introducir programas de distribución libre de la píldora del día después y de condones, informaba el 11 de abril el Sunday Times. Las chicas de edades entre 13 y 15 años en la zona afectada, los Lothians, tienen un 14% más de probabilidades de quedarse embarazadas que sus compañeras del resto de Escocia, en comparación con el 3% que había antes de comenzar el programa.

La región fue seleccionada como una zona de pruebas para el proyecto del gobierno Healthy Respet. El cardenal Keith O’Brien, presidente de la Conferencia Episcopal Escocesa, afirmó que el modelo de Healthy Respect ha fallado. Y animó a que no se ampliara.

«Esta postura ha fallado al abordar el aumento de enfermedades de transmisión sexual, embarazos indeseados y abortos», afirmó. «Su estilo de falta de valores no debería usarse en otras partes de Escocia». Aumenta la evidencia, en ambos lados del Atlántico, de las ventajas de los programas que promueven la abstinencia y un punto de vista comprensivo de la sexualidad humana.

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ZENIT Staff

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