HANOI, miércoles, 10 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Los obispos católicos de Vietnam están alertando ante la vulneración de la libertad religiosa que supondrá la entrada en vigor, el próximo lunes, de la Ordenanza sobre creencias y religiones adoptada el 18 de junio por el Comité Permanente de la Asamblea Nacional del país asiático.
La disposición, fuertemente restrictiva, se orienta a regular en el país las actividades religiosas y las relativas a las creencias de forma que las actividades de formación, las escuelas, las celebraciones, las publicaciones e incluso las reuniones ecuménicas sólo podrán verificarse bajo estricto control estatal.
Se encargarán de garantizar el respeto de las normas previstas en la ordenanza los Comités del Pueblo, la Oficina de Asuntos Religiosos y el primer ministro.
La preocupación de los obispos católicos por estas disposiciones se evidenció en el curso de su asamblea general de finales de septiembre, cuando la Conferencia Episcopal vietnamita escribió una carta a la Oficina de Asuntos Religiosos del gobierno de Hanoi afirmando que «la nueva ley sobre la vida religiosa se inscribe aún en un sistema de “petición y concesión” en tema de libertad religiosa», una «situación que no es aún la de una plena libertad religiosa, porque se está aún bajo control».
Por su parte, monseñor Etienne Nguyên Nhu Thê, obispo de Huê (Vietnam central), ha pedido –a través de la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), «AsiaNews»– a los católicos de todo el mundo «orar por la Iglesia en Vietnam».
Y es que, como explica el prelado, la ordenanza «no marca una apertura suficiente» para la plena libertad religiosa en el país, porque «permanece en ella un principio contrario a la libertad religiosa: el de pedir permiso y obtener concesiones desde el gobierno» en materia de libertad de credo y de culto.
«Hay que solicitar siempre al gobierno la posibilidad de hacer cualquier cosa: si el gobierno no da permiso, no se puede hacer nada», así que tampoco la Iglesia puede «organizarse como debería», alertó.
En declaraciones a ZENIT, el sacerdote de la redacción vietnamita de «Radio Vaticana» Giuseppe Hoang Minh Thang explicó que «si la ley se aplica tal como se ha redactado será el fin de la libertad religiosa».
Experto conocedor de la situación del país asiático, el sacerdote constata que, visto que «no es posible destruir la religión», «por este motivo [el gobierno] intenta tener un control total sobre la misma».
Con esta ordenanza «se intenta condicionar y utilizar las religiones –prosiguió–. En relación con la Iglesia católica, la lógica es la de reforzar el Frente Patriótico para crear una Iglesia nacional al servicio del gobierno e independiente de Roma».
«Ya han creado una Iglesia nacional budista», ejemplificó el sacerdote vietnamita.
El pasado julio también alertó a ZENIT de que la autorización del gobierno vietnamita alcanzaría a «los nombramientos del episcopado». Hasta «los propios candidatos al sacerdocio tienen que pasar el examen de las autoridades socialistas», quienes decidirán «si los seminaristas pueden ser sacerdotes», denunció entonces el padre Thang.
Más de 50 millones de los aproximadamente 80 millones de personas que habitan Vietnam son budistas; 7 millones son cristianos –oficialmente 6 millones son católicos oficiales– y 4 millones pertenecen a la religión Cao Dai.