En su edición italiana de este lunes «L’Osservatore Romano» subrayaba que, «a pesar de la sangre y de la violencia», Irak había puesto «valientemente los nuevos fundamentos» para intentar construir un nuevo futuro.
Una decena de ataques suicidas acabó el domingo de las elecciones con la vida de 36 personas --30 civiles y 6 policías--, mientras que los heridos se acercaban al centenar. Gran parte de estos atentados fueron reivindicados por el terrorista jordano Al Zarqawi. Además un avión británico fue derribado --acción que reivindicó el grupo terrorista Ansar Al Islam--.
Para el secretario de Estado vaticano, el cardenal Angelo Sodano, las elecciones en Irak, a pesar de este precio de sangre, son «la señal de madurez de este pueblo», según declaraciones que cita «Ansa».
En cuanto a los atentados, «la dificultad estaba prevista --comentó--, pero un pueblo tiene derecho a poder expresarse. La comunidad internacional mira con esperanza este día y desea que pueda representar un paso hacia un futuro de paz para el pueblo iraquí».
Por su parte, el artículo de portada de «L'Osservatore Romano» indicaba: «Aún en el miedo y entre muchas dificultades, los iraquíes han podido reencontrar el orgullo de ser ciudadanos de una nación donde es posible elegir a los propios representantes parlamentarios».
La comunidad internacional se ha mostrado unánime al elogiar el valor del pueblo iraquí. En este sentido se han pronunciado, entre otros, el presidente de los Estados Unidos --George W. Bush--, el secretario general de la ONU --Koffi Annan--, el primer ministro británico --Tony Blair--, el presidente de la Comisión de la Unión Europea --José Manuel Durão Barroso-- y el alto representante de política exterior y seguridad de la UE --Javier Solana--.
Más de 8 millones de electores –el 57% de la población con derecho a voto-- acudieron a las urnas el domingo. Por su parte, cerca del 94% de los iraquíes residentes en el extranjero registrados para votar participaron en las elecciones.
Más de 5.200 mesas electorales se prepararon para los comicios entre férreas medidas de seguridad, tales como la prohibición de la circulación de vehículos en general, el cierre de las fronteras terrestres, el cierre del aeropuerto de Bagdad y el toque de queda nocturno en muchas partes del país.
El recuento de votos desvelará los candidatos que ocuparán los 275 escaños de la Asamblea Nacional provisional –un tercio reservado a mujeres-- y los Consejos locales de 18 provincias. Los curdos, en el norte, han votado además para designar a los 111 diputados del Parlamento de las tres provincias autónomas curdas.
En la zona suní de Irak, las urnas estuvieron casi desiertas; en las zonas «mixtas» del sur y del norte del país la participación fue modesta. En la zona chií la afluencia fue elevada, con un 60% de participación, que en el Kurdistán iraquí fue masiva.
Diez días se calculan para conocer los resultados oficiales, pero antes pueden difundirse datos preliminares.
La Asamblea Nacional provisional nombrará un nuevo gobierno y tendrá competencias legislativas. Contará con un presidente y dos vicepresidentes, y para el 15 de agosto deberá tener listo un borrador de Constitución, que será sometido a referéndum en octubre de este año. Si la Constitución fuera aprobada, se celebrarán nuevas elecciones, previsiblemente el próximo diciembre.
El primer ministro iraquí Ayad Allawi consideró el lunes que las elecciones fueron una victoria frente a la violencia terrorista y llamó a la unidad nacional: «Hemos entrado en una nueva fase. Todos los iraquíes, hayan votado o no, deben trabajar juntos para construir el futuro de la nación», pidió, según cita «AFP».
«Quisiera agradecer a nuestros amigos de la Fuerza multinacional habernos ayudado a que (las elecciones) fueran un éxito», manifestó –cinco soldados de los Estados Unidos también habían sido abatidos--.
Por su parte el presidente iraquí Ghazi al Yawar manifestó este martes que sería un «completo disparate» pedir a los Estados Unidos y al resto de tropas extranjeras que abandonen Irak «en este caos y este vacío de poder», añade «Europa Press».
No obstante, afirmó que algunos de los 170 mil soldados norteamericanos y extranjeros presentes en territorio iraquí podrían dejar el país antes de finales de año.
Tras las elecciones, el patriarca caldeo de Bagdad, Su Beatitud Emmanuel Delly, se hizo eco del mensaje de Allawi y manifestó su conformidad con la posibilidad de la reconciliación en el país.
«El Señor mismo nos ha dicho: “Reconciliaos” --explicó a «Radio Vaticano»--. Esto vale para todo el mundo, no sólo para los cristianos», sino «para toda la humanidad»; «somos todos hermanos y debemos llevar a cabo la voluntad del Señor en nuestra vida: reconciliarnos. La caridad, como dice el Santo Padre, es la fuente de la paz y de la reconciliación. Debemos tener caridad el uno hacia el otro, hacia todos. La reconciliación, por lo tanto, es posible y tenemos que trabajar para obtenerla. No hay diferencia entre católicos y no católicos. La religión es para el Señor y la patria es para todos».
Por su parte, el obispo auxiliar caldeo de Bagdad, monseñor Shlemon Warduni, admitió a la emisora pontificia por un lado su agrado «porque esta votación marca un paso adelante en la búsqueda de la democracia y de la libertad».
«Pero, por otro lado, no llego a tener una completa satisfacción porque no ha participado toda la población iraquí. Si no hay unidad para todo el pueblo iraquí, tendremos siempre dificultades», advirtió.
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Feb 01, 2005 00:00