CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 2 febrero 2005 (ZENIT.org).- La relación de Juan Pablo II con los hospitales se remonta a sus años de infancia, cuando a los once años visitaba junto a su padre periódicamente a su hermano médico, quien trabajaba en el Hospital de Bielsko.
Cuando Karol tenía diez años, ya fallecida su madre, su padre le llevó a Cracovia, el 28 de mayo de 1930, para ver cómo su hermano, Edmund, recibía el título de médico de la Facultad de Medicina de la antigua Universidad de Jagellón.
«Mundek», así llamaba cariñosamente Karol a su hermano, tenía veinticuatro años, y era sumamente popular entre los estudiantes.
En 1931 comenzó su trabajo como médico en el hospital municipal de Bielsko, población situada a una hora de Wadowice, localidad natal del Papa.
Una epidemia de escarlatina azotó a la región y el doctor Wojtyla, a sus 26 años, estaba de guardia las veinticuatro horas del día.
Edmund entretenía a los pacientes con espectáculos que él mismo protagonizaba en las salas del hospital en plena epidemia. Los dos hermanos eran apasionados del teatro y se parecían incluso físicamente.
Edmund contrajo la fiebre escarlatina de una paciente y falleció el 4 de diciembre de 1932.
Hablando en la Universidad de Jagellón, en junio de 1983, Juan Pablo II mencionó la pérdida de su hermano y en sus palabras todavía podía percibirse el dolor: «Estos acontecimientos se te quedan profundamente grabados en la memoria. La muerte de mi hermano quizá aún más profundamente que la de mi madre», aclaró, por las trágicas circunstancias en que tuvo lugar y porque él mismo era mayor.
Es la novena vez que Juan Pablo II ingresa en un hospital durante su pontificado. La primera vez tuvo lugar el 13 de mayo de 1981, en el Hospital Gemelli, tras el atentado en la Plaza de San Pedro.
A causa de estas visitas en estos más de veintiséis años de pontificado, entre bromas, Juan Pablo II suele llamar al Hospital Gemelli el Vaticano III o tercera residencia del Papa, junto con Castel Gandolfo (la residencia veraniega de los pontífices).