CIUDAD DEL VATICANO, martes, 8 febrero 2005 (ZENIT.org).- Los datos más recientes sobre nulidades matrimoniales –relativos al año 2002– señalan un «aumento enorme en las últimas décadas», especialmente en América del Norte y en Europa, según han explicado representantes vaticanos.
«De los 56.236 procesos ordinarios de declaración de nulidad, 46.092 recibieron una sentencia afirmativa», informó el arzobispo Velasio de Paolis, secretario del la Signatura Apostólica, tribunal supremo de la Iglesia, al presentar este martes a la prensa la instrucción «Dignitas Connubii», (La dignidad del matrimonio) con la Santa Sede busca ayudar a los tribunales diocesanos e interdiocesanos en las causas de nulidad matrimonial.
«De éstas, 343 se emanaron en África, 677 en Oceanía, 1.562 en Asia, 8.855 en Europa y 36.656 en América, de las cuales 30.968 en América del Norte y 5.688 en Centroamérica y Sudamérica», añadió.
El porqué de este crecimiento no depende de un solo elemento, para monseñor de Paolis se dan sobre todo tres motivos.
En primer lugar, mencionó «una difundida secularización que comporta concepciones erradas del matrimonio con respecto al ideal propuesto por la Iglesia».
A continuación, dijo que se da «un conocimiento más preciso de la psicología de la persona humana», que «permite darse cuenta de que en determinados casos el consenso matrimonial no es suficiente para ligar a dos personas en el vínculo matrimonial».
En tercer lugar, aclaró, se trata de un «hecho de conciencia»: «muchos fieles, que han alcanzado el divorcio y por ello podrían recurrir a nuevas nupcias según la ley civil, piden la declaración de nulidad, pues saben que para un católico el matrimonio válido sólo puede celebrarse según las leyes de la Iglesia».
Monseñor De Velasio añadió un cuarto motivo: «en algunas partes no hay tribunales adecuados para acoger las cusas».
De hecho, comprobó, es significativo que este aumento se dé en países de antigua tradición cristiana –no se refería a las Iglesias orientales que tienen un Código de Derecho Canónico propio–, pues cuentan con más tribunales.
El cardenal Julián Herranz, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, opinó que hay menos causas de nulidad en África y Asia, «pues quizá se da una mayor estabilidad del matrimonio», pero añadió que «puede ser que sea también porque el acceso a los tribunales es más difícil, pues a veces son pocos o cubren áreas muy grandes».
El purpurado español señala que «no sólo los ricos tienen acceso a la nulidad matrimonial» y explica que con la nueva instrucción se quiere facilitar la posibilidad a cualquier católico de solicitar la nulidad del matrimonio en caso necesario, independientemente de sus posibilidades económicas.
Por lo que se refiere a la cuestión económica, el decano de la Rota Romana, monseñor Antoni Stankiewicz, explicó que «de las 141 causas llegadas a la Rota Romana en 2004, un 69% gozaron de patrocinio gratuito», es decir, las partes involucradas no participaron en los gastos.
A la Rota Romana sólo llegan casos en segunda o tercera instancia y los casos más difíciles, unos 150 al año.
El deseo de las personas responsables de redactar la instrucción «Dignitas Connubbi» es que los procesos de nulidad matrimonial tengan lugar respetando seriamente la jurisprudencia y con «celeridad». Para ello, animan a los obispos a formar a personas en esta disciplina.