ROMA, viernes, 18 marzo 2005 (ZENIT.org).-El patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michel Sabbah, presidió este jueves en Roma una multitudinaria celebración eucarística en el vigésimo quinto aniversario del martirio del arzobispo de San Salvador Oscar Romero.
En la homilía precisó que «monseñor Romero tuvo el valor de pronunciar palabras duras, y fue acusado de hacer política, pero él predicaba el Evangelio».
Oscar Romero fue asesinado en la capilla de un hospital mientras celebraba la misa el 24 de marzo de 1980.
El proceso de beatificación, que se encuentra en Roma desde 1997, concluida la fase diocesana, se reanudará en estos días, según ha revelado su postulador, monseñor Vincenzo Paglia, obispo de Terni-Narni-Amelia.
«El proceso está a punto de reanudar su itinerario ordinario. La delicadeza de esta causa ha exigido una atención particular. No olvidamos que se trata de un proceso sobre martirio y no sobre virtudes», ha informado a la prensa el prelado.
«Por tanto, es fundamental demostrar que Romero ha sido asesinado por odio a la fe y no por motivos políticos. La postulación ha realizado investigaciones específicas sobre este punto. Obviamente no se puede decir que estuvieran totalmente ausentes las motivaciones políticas en quien disparó. Pero desde el punto de vista de Romero, ya queda claro que su compromiso era exclusivamente eclesial», señala el postulador.
El patriarca Michel Sabbah, que es presidente de Pax Christi Internacional, recordó que viene «de la tierra de la cruz» y repitió palabras de monseñor Romero: «La muerte de un mártir es una resurrección. Él, ante tantas acusaciones, decía: «Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño». Y esto se verificó».
Su Beatitud Sabbah se dirigió contra «los potentes de la tierra que nos crean perplejidades, proclamando por una parte la libertad, la democracia y la dignidad humana, y permitiéndose por otra parte oprimir a otros pueblos, recurriendo ellos mismos a la guerra, a la violencia, a la ocupación militar, y por tanto, a la opresión de las personas y de los pueblos».
La concelebración eucarística en la que participaron cincuenta sacerdotes se celebró en la Basílica de los Santos Apóstoles y se celebró también en recuerdo de los demás mártires contemporáneos.
En el ofertorio se ofreció una lámpara de Palestina, instrumentos de trabajo de campesinos, el libro de los Acuerdos de Paz del Salvador del 1992, un bastón africano y una bandera de la paz y 25 rosas rojas, entre otros símbolos.
Entre los concelebrantes estaba el obispo auxiliar de Roma Vincenzo Apicella; el presidente de Pax Christi Italia, monseñor Tommaso Valentinetti y otros miembros de Cáritas y de organizaciones para la paz y la justicia.
