ROMA, jueves, 5 mayo 2005 (ZENIT.org).- En un encuentro público, el presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania ha afirmado que el cardenal Joseph Ratzinger es uno de los pocos que conocen realmente a Martin Lutero.
Las declaraciones del prelado han sido comunicadas a Zenit por Sigrid Spath, alemana luterana, quien en ocasiones ha sido intérprete de Joseph Ratzinger, y que trabaja desde hace más de treinta años en la Curia general de la Compañía de Jesús y colabora con la Santa Sede.
La señora Spath ha revelado detalles de un encuentro público del que fue testigo presencial entre el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Wolfgang Huber, entonces obispo evangélico luterano de Berlín, y actualmente presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania.
En el debate, que tuvo lugar en octubre de 1998 en la iglesia alemana de Roma sobre la encíclica «Fides et ratio», Ratzinger reveló que ya antes de entrar a la Universidad había leído todas las obras de Lutero hasta antes de que comenzara la Reforma.
«Es decir, las reflexiones de Lutero católico», explica la señora Spath a Zenit.
«Ratzinger invitó a los presentes a volver a leer aquellos escritos, pues expresan la gran batalla que Lutero mantenía consigo mismo para vivir y acoger las enseñanzas del Dios justo y bueno», añade. «Queridos amigos protestantes, redescubrid al Lutero de aquellos años», recomendó el cardenal.
Spath recuerda que «el debate duró varias horas. El obispo Huber quedó impresionado de la intervención del prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y comentó que Ratzinger es uno de los pocos que conocen realmente a Lutero».
Este conocimiento de Lutero por parte del cardenal hizo posible la histórica firma de la Declaración común sobre la doctrina de la Justificación, aprobada por la Iglesia católica y la Federación Luterana Mundial.
La propuesta de Declaración que se presentó en 1998 fue rechazada en algunos puntos tanto por la Santa Sede como por la Federación.
Cuando parecía que proyecto iba a fracasar, lograron superar las dificultades el obispo Johannes Hanselmann, antiguo presidente de la Federación Luterana Mundial, y el cardenal Ratzinger, gracias a su antigua amistad, que propició una reunión privada entre ellos en noviembre de 1998.
A raíz de la muerte del doctor Hanselmann, el 2 de octubre de 1999, Ratzinger reveló en una intervención pública: «tuvimos un encuentro muy importante en casa de mi hermano, en Alemania, pues parecía que hubiera fracasado el consenso en torno a la doctrina de la justificación. De ese modo, en el transcurso de un debate que duró todo un día, encontramos las fórmulas que han aclarado los puntos que todavía presentan dificultad, que no son aceptados por una u otra parte».
«Con la fórmula elaborada en aquellos días, tanto la Federación luterana como el Magisterio católico han podido reconocer que se ha alcanzado un consenso en algunos puntos fundamentales de la doctrina de la justificación. No se trata de un acuerdo global, pero con esta fórmula es posible proceder a la firma de un documento de consenso en los contenidos de fondo», aclaró.
La Declaración encontró un consenso entre luteranos y católicos en una materia, la doctrina de la justificación, que se convirtió en causa de la Reforma de Lutero.