CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 8 mayo 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió este domingo a los comunicadores que contribuyan con su actividad a abatir los muros de la hostilidad, superando los prejuicios o el desprecio de individuos y pueblos.
El pontífice dedicó su intervención, pronunciada desde la ventana de su estudio, con motivo de la oración mariana del «Regina Caeli», a la Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales, que en este año, por decisión de Juan Pablo II llevaba por lema «Los medios de comunicación al servicio del entendimiento entre los pueblos».
Ante los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro, el obispo de Roma reconoció que «en la época actual de la imagen, los medios de comunicación constituyen efectivamente un extraordinario recurso para promover la solidaridad y el entendimiento de la familia humana».
Como prueba de ello, citó la cobertura mundial concedida al fallecimiento y de las solemnes exequias de Juan Pablo II.
Ahora bien, el Santo Padre reconoció que «todo depende de la manera en que son usados» los medios de comunicación.
«Estos importantes instrumentos de la comunicación pueden favorecer el conocimiento recíproco y el diálogo, o, por el contrario, atizar el prejuicio, el desprecio entre los individuos y los pueblos; pueden contribuir a difundir la paz o a fomentar la violencia», aclaró.
«Por este motivo –añadió–, siempre hay que recordar la responsabilidad personal; es necesario que todos hagan lo que les corresponde para asegurar en toda forma de comunicación objetividad, respeto de la dignidad humana y atención al bien común».
«De este modo se contribuye a abatir los muros de la hostilidad que todavía dividen a la humanidad y se pueden consolidar esos vínculos de amistad y de amor que son signos del Reino de Dios en la historia», afirmó.
Benedicto XVI quiso conceder una de sus primeras audiencias como pontífice a los periodistas, el 23 de abril, para agradecerles su servicio y continuar el «diálogo fecundo» que mantuvo su predecesor entre los medios de comunicación y la Iglesia durante sus más de 26 años de pontificado.
En este domingo, en algunos países del mundo, entre ellos Italia, se celebraba la Ascensión, solemnidad litúrgica prevista para el jueves anterior, una oportunidad para «renovar nuestra fe en Jesús, única ancla verdadera de salvación para todos los hombres», reconoció el Papa.
El pontífice concluyó su intervención invitando a toda la Iglesia a prepararse, como los apóstoles, para la solemnidad de Pentecostés, que en este año tendrá lugar el 15 de mayo, en oración «con la Madre de Jesús».
El Santo Padre, al igual que el domingo anterior, cantó íntegramente la oración del «Regina Caeli» en latín.