LIMA, miércoles, 18 mayo 2005 (ZENIT.org).-El cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, considera que el secreto de santo Toribio de Mogrovejo, también él pastor de esa sede, fue su cercanía con Dios.
El primado del Perú inauguró este martes las celebraciones por el cuarto centenario de la muerte de santo Toribio, el segundo arzobispo de Lima y patrono del episcopado latinoamericano, con una Solemne Eucaristía celebrada en la catedral junto a más de cien cardenales y obispos de toda América y la Santa Sede.
Los pastores se encuentran en Lima para participar en la trigésima Asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y celebrar los cincuenta años de este organismo eclesial.
En su homilía, el cardenal Cipriani presentó al santo peruano de origen español como «modelo en el ejercicio del ministerio y nuestro intercesor ante Dios para que podamos estar siempre a la altura de lo que Dios espera de nosotros y de lo que la Iglesia necesita».
El pastor de Lima recordó que «santo Toribio de Mogrovejo fue muy consciente que el ministerio pastoral sólo tiene sentido si se vive en santidad y promueve santidad: fue una evangelización para la santidad».
Al evocar su vida y obra, el purpurado señaló que en él se observa «un obispo que se entrega con exuberante generosidad a su ministerio sin importarle las dificultades e inconvenientes que pueda encontrar».
«El secreto de la santidad de Toribio como la de cualquier santo, fue su cercanía con Dios, su fidelidad a la oración, elemento fundamental de su ministerio apostólico –añadió–. Y es que en la vida espiritual se progresa en la medida que se reza».
El cardenal Cipriani relató que santo Toribio recorrió durante diez años el complejo territorio del Perú en tres visitas pastorales porque «el amor de Cristo le urgía a una insaciable sed de salvación de las almas».
Asimismo, su preocupación por cumplir «el ministerio de la Palabra» que le llevó a publicar durante su gobierno pastoral el «catecismo trilingüe» en castellano, quechua y aymara para que todos los fieles pudiesen «conocer los fundamentos de la fe cristiana».
La archidiócesis de Lima ha convocado la «Gran Misión Mar Adentro», que prevé la visita a todos los hogares de Lima, entre 2004 y 2006.
La iniciativa concluirá en la catedral de Lima el 27 de abril del 2006, solemnidad de santo Toribio, quien es también el patrono de la Gran Misión, en la celebración de los 400 años de su muerte.