El diálogo entre culturas es indispensable para la paz, constata Benedicto XVI

Al recibir al embajador de la antigua república yugoslava de Macedonia

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 19 mayo 2005 (ZENIT.org).- El diálogo entre culturas es indispensable para la paz, consideró este jueves Benedicto XVI al recibir al nuevo embajador de la antigua república yugoslava de Macedonia.

Esta es la gran lección que deja el conflicto que durante los años noventa ensangrentó los Balcanes, añadió el pontífice en el discurso que dirigió en inglés al señor Bartolomej Kajtazi (Skopje, 1966).

Al dirigirse al representante de este país de dos millones de habitantes, en un 79% ortodoxo y en un 29% musulmán, independiente de la Yugoslavia desde 1991 (cuando Slobodan Milosevic era presidente de Serbia), el Papa agradeció el que esta nación «ha reafirmado su compromiso de trazar una senda de paz y de reconciliación».

«De este modo, puede convertirse en ejemplo para los demás países en la región de los Balcanes –reconoció–. Trágicamente, las diferencias culturales han sido con frecuencia motivo de malentendidos entre pueblos e incluso causa de conflictos y guerras sin sentido».

El obispo de Roma consideró que «el diálogo entre pueblos y culturas es una piedra angular indispensable de la civilización universal de amor hacia la que aspira cada hombre y mujer».

Por este motivo, alentó a los macedonios a «afirmar los valores fundamentales comunes a todas las culturas; comunes, pues encuentran su manantial en la auténtica naturaleza de la persona humana», explicó.

«De este modo, se consolida la búsqueda de la paz, permitiendo que dediquéis todos los recursos humanos y espirituales al progreso material y moral de vuestra gente, con un espíritu de fecunda colaboración con vuestros países vecinos», aseguró el Santo Padre.

El Papa recordó junto al diplomático el ejemplo que en este sentido dejaron los santos Cirilo y Metodio, evangelizadores de los pueblos eslavos. Con motivo de su fiesta, todos los años viene a Roma una delegación de Macedonia.

Los copatronos de Europa, señaló el Papa, «reconocieron la aguda necesidad de traspasar correctamente las nociones bíblicas y los conceptos teológicos griegos en un contexto muy diferente de pensamiento y de experiencia histórica. La primera tarea que afrontan hoy los cristianos en Europa es la de proyectar la luz de la Revelación en todo lo que es bueno, verdadero y bello».

«En este sentido, todos los pueblos y naciones están orientados hacia esa paz y libertad que Dios el Creador quiere para cada uno», aseguró.

En la antigua república yugoslava de Macedonia hay unos 15.000 católicos, distribuidos en diócesis y siete parroquias.

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ZENIT Staff

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