HUESCA, lunes, 9 mayo 2005 (ZENIT.org-Veritas).- El Gobierno español con su política contradice sus anuncios de diálogo con la Iglesia, constata monseñor Jesús Sanz, obispo de Huesca y de Jaca.
«Más allá de las buenas palabras que intermitentemente nos regala el Gobierno de la nación a la comunidad católica --aclara--, resulta complicada la credibilidad en su célebre talante cuando contradice con sus políticas educativas, sanitarias y familiares, lo que afirma ante una cámara o un micrófono, pretendiendo escenificar una instantánea de respeto y democrática equidad».
Monseñor Sanz, franciscano, escribe estas palabras en la última carta que dirige a sus diocesanos bajo el título «A vueltas con el matrimonio imposible».
«No oculto mi perplejidad ante tanta improvisación sólo aparente en diversas actuaciones con las que con demasiada frecuencia nos tenemos que desayunar. Porque en el fondo, salen de continuo los mismos ribetes anticatólicos de una izquierda intolerante con una realidad que no se ajusta a sus postulados, a sus pretensiones, a sus prejuicios, y a su modelo de progreso y modernidad», añade.
Monseñor Sanz cree que «se está dando suficiente muestra de tal intolerancia cuando se legisla no para acompañar a esa mayoría que les ha otorgado su confianza en traumáticas circunstancias, sino para cambiar la mentalidad, el alma y la conciencia de esa misma mayoría, en beneficio político y social de conocidas minorías políticas y sociales».
En este sentido, sostiene que «la polémica que se inició la semana pasada a propósito de la ley que pretende regular el matrimonio entre parejas homosexuales, es el último botón de muestra».
En su carta, el prelado destaca las voces de quienes se oponen a llamar «matrimonio» a este tipo de unión, y cita no sólo la nota del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (difundida la semana pasada), sino también la reacción de «otras confesiones religiosas del ámbito protestante, ortodoxo y judío»; así como la de «los jueces y hasta la Real Academia Española».
El obispo de Huesca y de Jaca distingue en el caso de la ley del «matrimonio» homosexual entre la «formulación legal» y el «principio moral» y afirma que, «como en otro tipo de cuestiones, la objeción de conciencia cabe cuando los principios morales entran en conflicto con las formulaciones legales».
«No se debería confundir matrimonio con otras uniones que no responden al concepto ni a la realidad de lo que es un matrimonio. Serán uniones legalmente regulables, pero no equiparadas ni confundidas con el matrimonio como tal. Es fundamental que todos llamemos a las cosas por su nombre y poder describir lo que son, sin palabras ni vivencias de imposible préstamo. Porque si se impone el tal préstamo, entonces se puede objetar en conciencia», mantiene.
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May 09, 2005 00:00