CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 17 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recordó que «el futuro de la humanidad pasa por la familia» al expresar a algunos nuevos embajadores acreditados ante la Santa Sede una de las preocupaciones que más ha confesado en este inicio de pontificado.
«Las distorsiones del matrimonio nunca pueden oscurecer el esplendor de una alianza de vida basada en la generosa entrega de sí y en el amor incondicional», afirmó este jueves al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Nueva Zelanda ante el Vaticano, Geoffrey Kenyon Ward.
Citando a Juan Pablo II, el obispo de Roma añadió en su discurso pronunciado en ingles que «la recta razón muestra que «el futuro de la humanidad pasa por la familia» que ofrece a la sociedad un fundamento seguro» para las aspiraciones del hombre y de la mujer.
La familia fue también argumento del discurso que en francés dirigió ese mismo día al nuevo embajador de Suiza, Jean-François Kammer.
El pontífice afrontó los cambios de costumbres que está viviendo Occidente, que han llevado a la propuesta nuevas leyes en diferentes campos que afectan a la transmisión de la vida, la enfermedad, el final de la vida, así como a la familia y el respeto del matrimonio.
«En todas estas cuestiones, que se refieren a los valores fundamentales, la Iglesia católica se ha expresado claramente por la voz de sus pastores, y seguirá haciéndolo, mientas sea necesario, para recordar sin cesar la grandeza inalienable de la dignidad humana, que exige el respeto de los derechos humano y ante todo del derecho a la vida», señaló.
La Conferencia de Obispos Católicos de Suiza se opuso al referéndum celebrado en ese país el 4 de junio, que aprobó con el 58,03% de los sufragios un régimen jurídico que ofrece a las parejas homosexuales algunos de los derechos propios del matrimonio, aunque no permite la adopción de niños.