COLONIA, viernes, 19 agosto 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI presentó a los tres mil seminaristas que están participando en las Jornadas Mundiales de la Juventud el objetivo de la santidad como meta para sus vidas al encontrarse con ellos este jueves en la iglesia de San Pantaleón, en Colonia.
Y, según les explicó, «el secreto de la santidad es la amistad con Cristo y la adhesión fiel a su voluntad».
Tras llegar a pie hasta el templo, saludando a los presentes, Benedicto XVI rezó las Vísperas junto a los futuros sacerdotes.
Después de que un seminarista, un sacerdote y el cardenal Marc Ouellet, arzobispo de Quebec, ofrecieran el testimonio de su vocación, el Papa pronuncio una homilía en la que reveló los motivos por los que había convocado ese encuentro, sin precedentes en las Jornadas Mundiales de la Juventud.
«He querido que, en el programa de estos días en Colonia, hubiera un encuentro especial con los jóvenes seminaristas, para resaltar de manera más explícita y vigorosa la dimensión vocacional que tienen siempre las Jornadas Mundiales de la Juventud», indicó.
El Santo Padre explicó que «después del largo y necesario itinerario formativo del seminario, seréis enviados para ser los ministros de Cristo; cada uno de vosotros volverá entre la gente como alter Christus (otro Cristo)».
Y les ilustró «el secreto de vuestra vocación y de vuestra misión» con estas palabras: «Si permanecéis en Cristo, daréis mucho fruto. No lo habéis elegido vosotros a Él, sino que Él os ha elegido a vosotros».
