NUEVA YORK, sábado, 27 agosto 2005 (ZENIT.org).- Una agencia federa puede que pronto decida si la así llamada píldora del día después puede venderse sin prescripción en Estados Unidos. La Administración de Alimentación y Medicamentos (FDA) podría decidir sobre el tema el 1 de septiembre, informaba el New York Times el 16 de julio.

El año pasado la FDA rechazó una petición de Barr Pharmaceuticals de hacer que su píldora del día después, Plan B, estuviera disponible pagando. Los reguladores citaron las dudas sobre si las chicas jóvenes podrían usarla con seguridad. Desde entonces los defensores de la píldora han emprendido una campaña para cambiar la decisión.

La batalla también ha continuado a nivel estatal. En Massachussets, los legisladores en el Parlamento han aprobado una medida que permite a los farmacéuticos dispensar la píldora del día después sin prescripción, informaba el 7 de julio el Boston Globe. El Senado del estado ya aprobó una ley similar. Cuando llegó al gobernador Mitt Romney para la firma final él se negó, citando su preocupación sobre los efectos abortivos del fármaco. Sin embargo, las dos Cámaras legislativas pasaron la ley por una mayoría suficiente para nulificar el veto puesto por el gobernador.



La píldora también obliga a los hospitales a ofrecer la píldora, también considerada «anticonceptivos de emergencia», a las víctimas de violación. En este momento no queda claro si los hospitales católicos estarán exentos de este requerimiento. Comentando el tema para el Globe, Maria Parker, de la Conferencia Católica de Massachussets, explicaba: «El problema moral para nosotros viene cuando está embarazada, y darle un anticonceptivo de emergencia podría causar un aborto químico».

Destruir vida

El mes pasado, el senado de Nueva York aprobó una ley que permitiría a los farmacéuticos y enfermeras dispensar la píldora del día después sin prescripción, informó el 23 de junio el New York Times. La asamblea estatal tiene hasta finales de la primera semana de agosto para enviar la ley al gobernador George Petaki, afirmó el 18 de julio el Kaiser Reproductive Health Report.

El republicano Pataki planea decidir pronto si buscar un cuarto plazo o explorar un llamamiento al presidente, afirmaba el Times. Se informó de que se ha mostrado evasivo sobre si firmaría o no la ley.

El 6 de julio, ocho obispos católicos del estado de Nueva York enviaron una carta a Pataki animándole a vetar la ley. La píldora del día después, explicaban, puede prevenir un embarazo o terminar con un embarazo ya comenzado. «Los expertos médicos, incluyendo a los de la Administración de Alimentación y Medicamentos, convienen en que la píldora del día después puede alterar el entorno del útero de forma que el nuevo embrión humano no sea capaz de implantarse. Si las píldoras actúan de esta manera, tiene lugar un aborto químico, destruyendo la vida de este nuevo ser humano», indicaban los obispos.

Por ello, los obispos sostienen que la promoción de tales píldoras como un simple anticonceptivo, aunque se tome al día siguiente, «es una publicidad falsa y niega a las mujeres y a las chicas el consentimiento plenamente informado sobre los medicamentos que pueden ingerir».

Los obispos también observaban que otro motivo de preocupación es que la ley no tiene límite de edad, permitiendo así a niñas jóvenes «acceder a estos medicamentos en repetidas ocasiones sin el consentimiento paternal y sin un reconocimiento médico».

Objetores concienciados

La extensión de la utilización de la píldora del día después ha traído consigo la controversia de si los farmacéuticos que se oponen al aborto pueden optar por no vender la píldora. El tema ocupó las portadas en Illinois cuando el gobernador Rod Blagojevich publicó una ley de emergencia requiriendo a las farmacias el vender las recetas prescritas sin retrasos, informó el 1 de abril Associated Press.

El gobernador publicó la ley como consecuencia del rechazo de un farmacéutico de Chicago a vender una receta debido a sus objeciones morales. La nueva ley estipula que si un farmacéutico no vende la recta prescrita por una objeción moral, otro farmacéutico debe venderla sin retraso.

Muchos estados están en medio de conflictos sobre la objeción de conciencia de los farmacéuticos, informaba el Christian Science Monitor el 8 de abril. El artículo observaba que 13 estados están considerando dar a los farmacéuticos un tipo de cláusula de conciencia que les permitiría no vender algunas recetas que vayan en contra de sus creencias personales. En abril cuatro estados tenían en borrador tales leyes, añadía el Monitor.

En abril, Colorado se vio envuelto en el tema, cuando el gobernador Bill Owens vetó una ley que habría requerido de todos los hospitales en el estado que informaran a las víctimas de violación sobre las píldoras del día después, informó el 6 de abril el Denver Post.

Owens citó la libertad de religión en el momento de vetar la ley. «Es uno de los pilares centrales de una sociedad libre el que los individuos y las instituciones no deban ser coaccionados por el gobierno para que realicen actividades que violan sus creencias morales y religiosas», escribió el gobernador en su mensaje de veto.

Observaba: «Mientras esta ley ofrece a los profesionales de la salud el derecho el rechazar el ofrecimiento de anticonceptivos de emergencia debido a sus creencias religiosas o morales, no ofrece esas mismas protecciones a las instituciones sanitarias. Esto está mal. Y es inconstitucional».

Pero pocos días después, la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, vetaba una ley que habría permitido a los farmacéuticos rechazar el proporcionar medicamentos abortistas sobre la base de creencias morales o religiosas, informó el 14 de abril Associated Press.

Los partidarios de la propuesta se sintieron decepcionados por el veto a lo que tres obispos católicos denominaron legislación de derechos civiles para los profesionales e instituciones de sanidad, informó AP.

Dudas y peligros

Entretanto, los investigadores suscitan dudas sobre la píldora del día después. El Washington Times informaba el 5 de enero de un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association. Este estudio comparaba a mujeres jóvenes sexualmente activas que habían conseguido paquetes de píldoras de día después, con mujeres que habían ido a farmacias o a clínicas para obtenerlas.

Seis meses después los dos grupos tenían índices de embarazo idénticos. «Esto ha sido definitivamente un descubrimiento decepcionante», afirmaba Tina Raine, directora de la investigación sobre 2.117 mujeres. Una hipótesis de base, afirmaba, ha sido que los grupos de mujeres con un fácil acceso a las píldoras deberían tener la mitad de embarazos que las mujeres que tenían que ver a alguien que se las prescribiese. En lugar de esto, los dos grupos tienen el mismo índice de embarazos de cerca de un 8%.

El 9 de junio el periódico digital español, Periodista Digital, publicaba un informe que advertía que la píldora del día después se ha convertido en algo utilizado habitualmente los fines de semana, llevando a problemas de salud.

La advertencia se dio durante 28º Congreso de la Sociedad Ginecológica Española. José María Lailla, vicepresidente de esta sociedad, afirmó que la píldora está pensada sólo para utilizar en casos de emergencia y no debería darse sin prescripción médica. Sin embargo, las emergencias de muchos hospitales se han convertido en lugares de libre distribución de la píldora del día después, muchas de las cuales se dan a adolescentes.

Otros especialistas en el encuentro explicaron que la píldora del día después trae consigo ciertos riesgos y que su uso debería ser «excepcional». Rosa María Sabatel, doctora de la Universidad de Granada, añadió que el uso de la píldora del día después no había reducido el número de embarazos no deseados.

La píldora también ha causado controversia en otros países. En Inglaterra, los padres han atacado a las autoridades por distribuirla en la escuela sin el consentimiento paterno, informaba el Telegraph el 24 de abril. Al menos en una escuela por cada 68 en Gran Bretaña los responsables educativos locales ofrecen anticonceptivos de emergencia, aseguraba el artículo.

Y en México, el 17 de julio, el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo de Ciudad de México, afirmó que distribuir la píldora del día después equivale a permitir a los receptores matar, dato que es abortiva, informaba el periódico El Universal. La controversia sobre el uso de la píldora seguro que continuará.