Nicolás Frías es voluntario de Colonia desde marzo de este año, cuando dejó congelados sus estudios de periodismo para vivir esta experiencia de fiesta y de fe.

Nicolás Frías revela que en el almuerzo surgieron diversos temas sobre la fe y cómo vivirla en un mundo a veces hostil para los jóvenes.

«No se trató de una audiencia, sino de una conversación íntima donde lo más impresionante el trato personal, individual de cada uno», subrayó Nicolás en declaraciones posteriores.

«Es un regalo el Papa que tenemos», agregó.

El menú fue ligero. Los invitados comieron ensalada de lechuga con tomate, acompañados con salsas típicas alemanas. Como plato principal, tomaron tortilla de huevos con verdura; y de postre, estrüdel de manzana con canela.

El Papa bebió un zumo de naranja y tras el postre pidió un café expresso, como el que toma en Roma.