–¿Qué quiere ofrecer Sydney a los peregrinos del mundo?
–Cardenal Pell: Sydney es una de las ciudades más bellas del mundo. Es una ciudad de cuatro millones de habitantes, de los cuales un millón son católicos. Posee una enorme variedad de instalaciones creadas con motivo de las Olimpiadas y un extraordinario equipo de expertos con la experiencia de la organización de los Juegos Olímpicos del año 2000 y que son de gran ayuda.
Tenemos un núcleo de católicos profundamente religiosos, que obviamente nos ayudarán, pero la intención que está detrás del proyecto es que refuerce la fe de los jóvenes australianos y de los que vengan a Sydney. Será un acontecimiento específicamente católico, como siempre, pero será también una propuesta para todos esos jóvenes australianos que no tienen convicciones religiosas arraigadas. Les ofreceremos algo diferente.
–Las JMJ son acontecimientos sumamente multiculturales y éste es un aspecto propio de Australia. ¿No lo cree usted?
–Cardenal Pell: Creo que tenemos probablemente el mayor porcentaje de inmigrantes del mundo, y la Sydney católica es sumamente multicultural. Sacamos fuerzas de las comunidades vietnamitas, coreanas y chinas, así como –obviamente– de las italianas, libanesas, maltesas, e irlandesas.
Es un aspecto muy particular que ofrece Sydney a la próxima JMJ, es el «nuevo mundo». Se basa en una herencia compartida, a diferencia de las ciudades europeas, sumamente atrincheradas en sus culturas.
Al inicio, esto presenta también dificultades, pues no tenemos esa multiplicidad de bellísimos santuarios católicos, como es el caso de Europa. Aquí todavía somos pioneros. Somos también un país sobre todo anglófono, algo que también diferencia de Europa continental. Tenemos mucho que ofrecer y creo que recibiremos mucho.
Ver el que puedan venir a nuestro país esos jóvenes con su fe viva, con el entusiasmo de su fe, nos estimula a mí y a nuestros peregrinos, y esto hará la diferencia para los jóvenes australianos que participen.
–En este viaje a Colonia, el Papa Benedicto XVI ha dado pasos históricos para la construcción de puentes y la reconciliación. ¿Podría formar parte este elemento del programa de Sydney?
–Cardenal Pell: Creo que lo principal es que se trata de una celebración católica, y seguirá siendo una celebración católica. Esto no quita, sin embargo, el que tenga una dimensión ecuménica significativa.