VARSOVIA, martes, 30 agosto 2005 (ZENIT.org).- Al celebrarse los 25 años del nacimiento del sindicato Solidarnosc, Lech Walesa atribuyó a Juan Pablo II la inspiración de este movimiento, en particular su carácter pacífico.
«Él no nos pidió que hiciéramos una revolución, no pidió un golpe de Estado, sugirió más bien que teníamos que definirnos a nosotros mismos», afirmó el líder sindical que ayudó a derrocar el régimen comunista en Polonia al intervenir ante las dos Cámaras del parlamento.
«Entonces la nación polaca y otras muchas despertaron», puntualizó el electricista que se convertiría en el primer presidente democrático del país tras la posguerra en un acto conmemorativo en el que fue el único orador de honor.
Walesa declaró que la visita de Juan Pablo II en 1979 a Polonia dio a los polacos el valor para rebelarse contra los líderes comunistas del país.
«Independientemente de lo que hoy se piense o del precio que pagamos entonces, hemos conseguido cerrar una época de división, de bloques y de fronteras, abriendo el camino a una era de globalización», añadió en su discurso.
Posteriormente, en el marco del aniversario, el presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, antiguo ministro comunista afirmó: «Hace 25 años yo no estuve del mismo lado de la barricada que usted señor presidente Walesa. Pero hoy no me cabe duda que fue su visión de Polonia la que nos condujo por el buen camino. Todos vivimos en una Polonia libre que, sin embargo, no sería libre sin usted, señor presidente».
Las huelgas en la ciudad báltica de Gdansk y en otros lugares del país, en el verano de 1980, llevaron al surgimiento del primer sindicato independiente de Europa oriental. Tras ser ilegalizado por la ley marcial que implantó el general Wojciech Jaruzelski, luchó en la clandestinidad hasta que en 1989 consiguió llevar a los comunistas a negociar la transición pacífica a la democracia que inició el derrumbe de las dictaduras en los restantes países satélites de la desaparecida Unión Soviética.
Las celebraciones de los 25 años de Solidarnosc culminarán este miércoles, con una misa en Gdansk, a la que asistirán varios líderes mundiales. La celebración será presidida por el enviado especial del Papa Benedicto XVI, el nuevo arzobispo de Cracovia y antiguo secretario de Juan Pablo II durante cuatro décadas, monseñor Stanislaw Dziwisz.