Chernóbil enseña el respeto del hombre y de la naturaleza, asegura el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 26 abril 2006 (ZENIT.org).- Al cumplirse los veinte años de la catástrofe en la central nuclear de Chernóbil (antigua Unión Soviética, hoy Ucrania), la mayor de la historia de la energía atómica, Benedicto XVI constató que la paz exige el respeto del hombre y la naturaleza.

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Al final de la audiencia general de este miércoles, el Santo Padre hizo un llamamiento a los responsables de las naciones «para que con un esfuerzo conjunto se ponga toda energía al servicio de la paz, en el respeto de las exigencias del hombre y de la naturaleza».

Al dirigirse a los cincuenta mil peregrinos presentes en la plaza de San Pedro el Papa pidió seguir rezando «por las víctimas de una calamidad de una amplitud tan grande y por quienes lleven sus huellas en sus cuerpos».

Al mismo tiempo, expresó su aprecio «a las familias, a las asociaciones, a las administraciones civiles y a las comunidades cristianas que, en el transcurso de estos años, se han dedicado a acoger y curar a adultos y en especial a niños afectados por las consecuencias de aquel doloroso acontecimiento».

La central, cuya avería fue provocada por una conjunción de errores humanos, técnicos y de construcción, esparció hasta 200 toneladas de material fusible con una radiactividad equivalente a entre 100 y 500 bombas atómicas como la de Hiroshima, informa la agencia EFE.

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ZENIT Staff

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