El primer presidente de Tanzania hacia los altares

Por el cardenal Polycarp Pengo, arzobispo de Dar es Salaam

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ROMA, martes, 9 mayo 2006 (ZENIT.org).- Mwalimu Julius Nyerere, considerado uno de los «padres de la patria» de África, podría ser proclamado santo por la Iglesia. Fue presidente de la Unión Nacional Africana de Tanganika (TANU) y, tras la independencia, fue el primer presidente de Tanzania.

Según confirmaba este 5 de mayo, la agencia Catholic Information Service for Africa (CISA), revelaba que ya ha concluido la fase diocesana de su proceso de beatificación.

Nyerere es recordado políticamente por su política de desarrollo agrícola, basado en el propio esfuerzo y haciendo uso limitado de la ayuda internacional.

El proceso había sido abierto el pasado 21 de enero por el cardenal Polycarp Pengo, arzobispo de Dar es Salaam, según revela «Mundo Negro».

El 13 de mayo de 2005 la Congregación para la Causas de los Santos dio su aprobación al inicio del proceso de beatificación.

Tanzania nació como país en 1964 de la unión de Tanganika y Zanzibar. La Unión Nacional Africana de Tanganika (TANU), dirigida por Julius Nyerere, se convirtió en el primer partido nacionalista, y se instaló en el gobierno desde la independencia hasta 1985.

En los años setenta, Nyerere acuñó el término «Ujamaa» (solidaridad familiar, en suahili), que estimulaba el modo de vida tradicional, basado en la cooperación comunitaria. En 1985, a los 63 años, renunció a la presidencia voluntariamente, retirándose de la vida política en 1995. Falleció en 1999.

Tras su muerte, en Londres hubo numerosas manifestaciones de homenaje a su liderazgo. A su funeral en Dar es Salaam, capital de Tanzania, asistieron nada menos que catorce jefes de Estado y unos setenta representantes de alto rango de otros países.

Nunca fue un político corrupto y promovió la paz y la educación de los pobres, aunque su modelo económico, de tipo autoritario, fue discutido por algunos economistas del mundo occidental. Los mismos medios denunciaban que cuando Nyerere renunció al poder voluntariamente, dejó a su país entre los siete más pobres de todo el mundo.

Hoy Tanzania sigue siendo uno de los países más pobres del mundo. Su economía depende en gran medida de la agricultura, que le proporciona el 58% del producto interior bruto (PIB), supone el 85% de las exportaciones y da trabajo a un 90% de la mano de obra.

Ya a la muerte de Nyerere, el cardenal Polycarp Pengo aseguró, en la homilía de su solemne funeral de Estado: «Fue hijo de la Iglesia y tendrá su lugar en el Paraíso». Sus restos reposan en su pueblo natal, Butiama, cercano al Lago Victoria.

El inicio del proceso de beatificación se celebró el 21 de enero, aniversario del matrimonio entre Julius y Maria Nyerere. El proceso del siervo de Dios está bajo la dirección del obispo de la diócesis de Musoma y el postulador de la causa es el padre Wojciech Koscielniak.

El padre John Civille, de la archidiócesis de Cincinnati, Ohio, y el padre Laurenti Magesa son los dos teólogos censores que colaboran en el proceso.

Entre las frases memorables de Nyerere, una de las más bellas es: «Desearía encender una candela y ponerla en la cumbre del monte Kilimanjaro para que iluminara hasta más allá de nuestras fronteras, dando esperanza a los que están desesperados, poniendo amor donde hay odio, y dignidad donde antes sólo había humillación».

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ZENIT Staff

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