CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI reivindicó los derechos de los católicos en Venezuela al recibir en audiencia este jueves al presidente de ese país, Hugo Chávez.
Entre las peticiones que expuso el Papa por escrito a su huésped destaca la libertad de la Iglesia para nombrar a los obispos, el peligro de que la Religión quede marginada en las escuelas, y la independencia de los medios de comunicación católico.
La audiencia, que duró unos 35 minutos, con la ayuda de un traductor del Vaticano, supuso el primer encuentro entre Benedicto XVI y el presidente Chávez, quien ha mantenido tensiones en sus siete años de gobierno con exponentes de la Iglesia.
Según informa un comunicado emitido posteriormente por Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, «en el transcurso del coloquio, el presidente ilustró al Santo Padre los proyectos de cambio social que se están realizando en el país. Benedicto XVI presentó después al presidente algunos de los temas por los que siente un interés particular».
Ante todo, revela la nota vaticana, el obispo de Roma «confirmó la libertad de la Santa Sede en el nombramiento de los obispos y ha deseado que la Universidad Católica «Santa Rosa de Lima» pueda mantener su identidad católica».
«El Santo Padre expresó también su preocupación por un proyecto de reforma educativa en el que no quedaría lugar para la enseñanza de la religión», sigue aclarando.
«Pidió, además, que los programas de salud pública mantengan como punto fundamental la protección de la vida desde su inicio».
«Por último –indica–, ha subrayado la exigencia de la independencia de los medios de comunicación católicos».
El presidente Hugo Chávez, según Navarro-Valls, «aseguró su interés por las peticiones del Santo Padre y su compromiso para superar toda tensión en el respeto de los legítimos derechos de todos».
Para dejar constancia de sus peticiones, «el Santo Padre entregó al presidente una carta en la que resume sus solicitudes pastorales por el bien del país».
El Papa regaló a su huésped una copia autógrafa de la encíclica «Deus caritas est» y las medallas de oro del pontificado. El jefe de Estado de Venezuela le ofreció una litografía de Simón Bolívar con su testamento que comienza «en nombre de Dios todopoderoso» y concluye con la afirmación de que era «un católico y fiel cristiano», como explicó personalmente Chávez al pontífice.
«Santidad, Simón Bolívar nació en Caracas pero el Libertador nació en Roma», le dijo el presidente venezolano, aclarando en español que, cuando tenía 21 años, Bolívar vino a Roma y en el «Monte Sacro» (Aventino) juró que liberaría a Venezuela y a toda Sudamérica.
Tras la audiencia, el presidente Chávez se entrevistó con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado.
Era la primera vez que Hugo Chávez se encontraba con Benedicto XVI; ya había sido recibido en dos ocasiones por Juan Pablo II (el 30 de septiembre de 1999 y el 12 de octubre de 2001).