CAMBERRA, viernes, 12 mayo 2006 (ZENIT.org).- Instancias eclesiales se han hecho eco de la decisión del gobierno federal australiano: financiar la investigación científica sobre la utilización y posibilidades terapéuticas de las células estaminales adultas.
En el Vaticano, la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, a través de su órgano informativo «Fides», difundió once días atrás la satisfacción con que la comunidad católica ha acogido esta decisión gubernamental.
Y es que una investigación con células estaminales embrionarias produce como resultado la destrucción de los mismos embriones.
La preferencia del gobierno federal de Australia por investigar en células madre adultas se concreta en una financiación de 22 millones de dólares australianos (más de 13,2 millones de euros) a los laboratorios de la Griffith University (www.gu.edu.au).
«Es un momento maravilloso, un fuerte estímulo para la ciencia que respeta una raíz ética», manifestó monseñor Eugene Hurley, obispo de Port Pirie y responsable de la Comisión para la Familia y la Vida de la Conferencia Episcopal Australiana.
Los fondos gubernamentales «constituyen un reconocimiento por el óptimo trabajo realizado por la Griffith University, que podrá continuar estudiando las posibilidades de las células estaminales adultas», añadió.
En la Universidad desarrolla su actividad el «Instituto Eskitis de terapia celular y molecular», que ya el pasado año presentó y divulgó los resultados de una investigación sobre las células estaminales adultas.
El destino de los fondos es el establecimiento de un Centro de Investigación de Células Estaminales Adultas –que será parte del citado Instituto–, que situará a la Griffith University en los primeros puestos en esta labor científica.
Encabezará el Centro el profesor Alan Mackay-Sim –subdirector del «Eskitis Institute for Cell and Molecular Therapies»–.
El científico, junto a su equipo mostró, como se ha mencionado, que las células estaminales adultas –que no crecen de forma incontrolada– pueden transformarse en numerosos tipos de otras células, como las del tejido cardíaco, muscular, de órganos internos –como los riñones– o también de la sangre. Pueden ser utilizadas en el tratamiento de enfermedades como el Parkinson, alteraciones motoras o dolencias cerebrales.
«El apoyo dado por el gobierno a esta línea de investigación podrá ayudar a otros científicos, en todo el mundo, a dedicarse al estudio de las células estaminales adultas, en lugar de las embrionarias», admitió monseñor Hurley.
«Felicitamos al gobierno federal por esta elección, porque reconoce y estimula una investigación científica respetuosa de la ética de la vida», concluyó.