PARÍS, miércoles, 17 mayo 2006 (ZENIT.org).- Jacques Chirac defendió el pasado 15 de mayo, en El Elíseo, «la libertad de conciencia y de religión» para los cristianos de Oriente que tienen «más que nunca su lugar en Oriente Medio».
El presidente francés pronunció su reivindicación al recibir a seis patriarcas de las Iglesias de Oriente que se han reunido en la capital francesa para celebrar los 150 años de fundación de la Obra de Oriente (Oeuvre d’Orient) del 14 al 21 de mayo.
Según las cifras de la Obra de Oriente, hoy hay 60.000 cristianos en Irán, 600.000 en Irak, 50.000 en Turquía y más de siete millones en Egipto. En Etiopía, son más de la mitad de la población, en el Líbano el 40%, en Siria el 10% y en Palestina e Israel el 2%.
La asociación fue creada en 1856, por iniciativa de un grupo de laicos, para ayudar a los niños del Líbano, tras la masacre de cristianos maronitas por parte de los drusos y la desaparición del imperio otomano. Llamada originalmente «Obra de las Escuelas de Oriente», fue reconocida como obra eclesial por el papa Pío IX, en 1858. Su acción se extendió enseguida por todo Oriente Medio.
Sostenida por más de cien mil donantes ligados a la historia y a la vida de las iglesias orientales, esta asociación desea contribuir con su presencia y apoyo financiero a la permanencia de los cristianos de oriente en sus respectivos países.
El presidente francés declaró: «los cristianos de Oriente han sido siempre un puente hacia Europa y han contribuido, mucho antes de que hubiera una mayor apuesta por la relaciones internacionales, al diálogo de las culturas. En este sentido, ellos tienen más que nunca su lugar en Oriente Medio».
En el encuentro entre el presidente y los líderes cristianos de oriente participaron el patriarca de Antioquía de los Maronitas, el cardenal Nasrallah Pierre Sfeir ; el patriarca latino de Jerusalén Michel Sabbah ; el patriarca de Cilicia de los Armenios católicos Nerses Bedros XIX Tarmouni ; el patriarca de Antioquía de los Sirios católicos Ignace-Pierre VIII Abdel-Ahad ; el patriarca de Alejandría de los Coptos Antonios Naguib ; y el patriarca de la Iglesia greco-católica melquita de Antioquía Grégoire III Laham.
Estuvieron también presentes el prefecto de la congregación romana para las Iglesias Orientales, cardenal Ignace Moussa Ier Daoud; el arzobispo de París, monseñor André Vingt-Trois, así como el presidente de «l’Oeuvre d’Orient», el almirante Bernard Louzeau.
Respecto a la libertad de conciencia, el presidente francés añadió: «La regulación de los conflictos constituye la mejor garantía de la libertad de conciencia y de religión, que debe ser defendida y reafirmada, pues la diversidad de culturas y su coexistencia son la condición de un porvenir de paz y de prosperidad».