Vida, matrimonio, libertad religiosa: habla el Papa al nuevo embajador de España

Benedicto XVI recibe las cartas credenciales de Francisco Vázquez Vázquez

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 21 mayo 2006 (ZENIT.org).- «Nacer, formar y vivir en familia» y «profesar sin obstáculos la propia fe religiosa»: en estos derechos esenciales se centró el sábado Benedicto XVI al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de España ante la Santa Sede.

En sus palabras (v. Zenit, 20 mayo 2006), el Papa recordó las «multiseculares relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede» como reflejo del «vínculo constante del pueblo español con la fe católica» –el diplomático, Francisco Vázquez Vázquez, también había aludido a ello en su discurso–.

El Santo Padre subrayó que los ciudadanos del país «son también en gran medida hijos muy queridos de la Iglesia», y señaló como un «camino importante» para la «cooperación» cuanto trazan «los Acuerdos suscritos entre el Estado Español y la Santa Sede para garantizar a la Iglesia Católica el libre y público ejercicio de las actividades que le son propias y en especial las de culto, jurisdicción y magisterio».

Apuntó entonces, al describir la acción de la Iglesia, que ésta «impulsa a los creyentes a que amen la justicia y participen honestamente en la vida pública o profesional con sentido de respeto y solidaridad, para promover orgánica e institucionalmente el bien común».

Igualmente «está comprometida en la promoción y defensa de los derechos humanos, por la alta consideración que tiene de la dignidad de la persona en su integridad, en cualquier lugar o situación en que se encuentre», explicó.

Por ello «pone todo su empeño, con los medios que le son propios, en que ninguno de esos derechos sea violado o excluido, tanto por parte de los individuos como de las instituciones», añadió.

De ahí también que la Iglesia proclame «sin reservas el derecho primordial a la vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, el derecho a nacer, a formar y vivir en familia, sin que ésta se vea suplantada u ofuscada por otras formas o instituciones diversas», expresó Benedicto XVI.

En ese momento reconoció la «ilusión» con la que espera el V Encuentro Mundial de las Familias –que acogerá la ciudad española de Valencia– y la oportunidad que le dará «de celebrar la belleza y la fecundidad de la familia fundada en el matrimonio, su altísima vocación y su imprescindible valor social».

La Iglesia igualmente insiste –continuó– «en el derecho inalienable de las personas a profesar sin obstáculos, tanto pública como privadamente, la propia fe religiosa, así como el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación acorde con sus propios valores y creencias, sin discriminación o exclusión explícita o encubierta».

En este contexto Benedicto XVI expresó su satisfacción por «la gran demanda de la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas españolas», «lo cual significa que la población reconoce la importancia de dicha asignatura para el crecimiento y formación personal y cultural de los jóvenes».

«Esta importancia para el desarrollo de la personalidad del alumno es el principio básico del Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre la enseñanza y asuntos culturales –advirtió al diplomático–, en el cual se establece que la enseñanza de la religión católica se impartirá en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales».

Desde el inicio de su actividad hace dos años, el gobierno socialista de España ha impulsado novedades legislativas que ponen en entredicho la enseñanza de la religión en la condición pactada en el citado Acuerdo, así como la libertad en el ámbito educativo en general.

En el terreno «familia y vida» también ha promovido cambios legales –desoyendo la voz de millones de ciudadanos— como la creación del llamado «matrimonio» entre homosexuales (y la posibilidad de adopción de menores) y el divorcio «exprés».

Por su parte, las recientes modificaciones en materia de «reproducción humana asistida» abren las puertas a una amplia manipulación –también destrucción– de embriones humanos.

En una rueda de prensa posterior a la presentación de las cartas credenciales, Francisco Vázquez Vázquez confirmó que el Papa «preguntó explícitamente si se tiene previsto realizar nuevas leyes en torno a la vida».

«Mi respuesta ha sido que no –dijo el diplomático, según recoge “Veritas”–; que no habrá nuevas leyes ni sobre el aborto y nada en torno a la vida».

No dudó en describir a Benedicto XVI como «el Papa de la libertad, porque ha insistido mucho en que se respete el derecho a la libertad religiosa, la libertad de elegir la educación católica, la libertad del creyente en la vida pública».

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ZENIT Staff

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