CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 mayo 2006 (ZENIT.org).- Declaraciones de dos exponentes del nuevo gobierno italiano sobre delicadas cuestiones ligadas a la familia y a la vida en su fase incipiente han suscitado la preocupación de «L’Osservatore Romano».
Familia y parejas de hecho
En la edición cotidiana italiana del 23 de mayo, el diario de la Santa Sede aparece un artículo con el título «Acrobacias dialécticas en perjuicio de la familia», en el que se critican las declaraciones de la nueva ministra de la Familia, Rosy Bindi, que abrían la posibilidad al reconocimiento «público» de «parejas de hecho», incluidas las homosexuales.
El artículo comienza constatando que la ministra comienza su misión abordando este argumento, con fuertes implicaciones ideológicas, en lugar de responder a los «numerosos problemas que hay que afrontar en el país, en particular, los que afectan a las muchas dificultades que las familias italianas tienen que afrontar diariamente».
El diario vaticano hace, además, «dos consideraciones».
En primer lugar, afirma, «es necesario, en el debate, distinguir entre parejas heterosexuales y homosexuales». En el caso de las primeras, la cuestión ya esta reglamentada, aclara, pues para eso existe el matrimonio.
De lo contrario, añade, «no se comprende por qué el Estado tiene que intervenir en la esfera privada y tutelar públicamente a quien se niega a ello».
En segundo lugar, señala, da la impresión de que las parejas de hecho heterosexuales son utilizadas como excusa para introducir el reconocimiento de las parejas homosexuales.
A estas parejas, explica el cotidiano, «un reconocimiento público les daría un arma formidable para acreditar la existencia de una forma alternativa de familia. Y, donde hay familia, inevitablemente, antes o después, hay hijos. Y sus derechos», afirma.
Píldora abortiva
En la edición del 24 de mayo, «L’Osservatore Romano» responde a las declaraciones del pasado lunes de la ministra de la Salud, Livia Turco, que se ha declarado favorable a experimentar la introducción de la píldora Ru486, «el fármaco que provoca el aborto y que debería ser una alternativa más segura al aborto practicado con una intervención quirúrgica», afirma el diario.
«No se ha dado ninguna novedad científica sobre este fármaco –añade–, que se ha convertido en un «homicidio a la ligera»: sólo se trata de ofrecer a la mujer la posibilidad de escoger el arma. Un arma más veloz da al homicida el consuelo de no pensar mucho en ello».
El periódico pide a los ministros en general que antes de hablar analicen las implicaciones «para no herir la sensibilidad de quien no tiene la misma opinión. Sobre temas como éstos, en vez de ejercer inmediatamente la codiciada potestad política, habría que comprobar las diferentes sensibilidades de los gobernados».