CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 2 junio 2006 (ZENIT.org).- El Movimiento de Schönstatt se encargó de ofrecer una Vigilia este viernes en la Iglesia San Andres del Valle en Roma. El padre Guillermo Cassone, argentino, de la Comunidad de los Padres de Schönstatt explica a Zenit el sentido de esta vigilia de Pentecostés y el porqué se realizó en esta Iglesia.
El sacerdote cuenta como Schönstatt apuesta por la pluralidad en la unidad: «Es un gran desafío mostrar que la comunión es posible y que la comunión se hace en la unión de corazones en la diversidad de los carismas, o sea realmente como una experiencia de Pentecostés».
«Estamos representando al Movimiento Internacional de Schönstatt casi mil quinientas personas, provenientes de varios países europeos, latinoamericanos, norteamericanos y asiáticos». El sentido de hacerlo en la Iglesia de San Andres del Valle (de los padres teatinos) es la relación del fundador de Schönstatt, padre José Kentenich, con el santo Vicente Pallotti. El fundador Kentenich fue palotino y siempre quiso mantener esta relación con la congregación palotina.
«Era ahí, en la Iglesia de los Teatinos, en San Andrés del Valle, donde Pallotti, una vez al año en Epifanía, invitaba a celebrar esta fiesta a gente de las diferentes comunidades religiosas, inclusive de las distintas denominaciones católicas orientales y en distintos ritos. Celebraban la Epifanía del Señor un día con cada rito, con el sentido de integrar todas las fuerzas apostólicas y mostrar la unidad y la comunión», revela el padre Guillermo Cassone.
«Esto tiene mucho que ver con la eclesiología de comunión que ha surgido posteriormente al Concilio Vaticano II, de la cual el Papa Juan Pablo II ha sido el gran promotor en sus cartas, y también en los sínodos, sobretodo en el sínodo de laicos», añade.
«Por eso elegimos ese lugar», aclara, «que tiene toda la tradición de Pallotti de la unión de las fuerzas apostólicas, a la que llamaba apostolado católico. Él quería que no sólo fueran de distintos ritos o denominaciones o modos de vivir la fe, sino de todas las diversas fuerzas apostólicas. En esa época, esto era algo todavía incipiente, estamos hablando de la primera mitad del siglo XIX, (él fallece en 1850)».
«Vicente Pallotti quería demostrar que la Iglesia es una en la diversidad, la comunión, en la diversidad. A eso le llamaba el apostolado católico, y quería además unir algo que en ese tiempo no era muy común, el clero con el laicado», observa el padre Cassone.
El Papa Pío XII cuando funda la acción católica, llama a Pallotti «el gran precursor de la Acción Católica». «San Andrés del Valle es entonces la Iglesia símbolo del carisma de San Vicente Palloti, asumido posteriormente por el padre José Kentenich, fundador de Schönstatt», ilustra el sacerdote argentino que ha preparado junto al Movimiento la vigilia de oración de Pentecostés.
El padre Kentenich, que durante casi toda su vida fue palotino, en el año 1916, (dos años después de la fundación de Schönstatt), se comprometió ante sus superiores palotinos a hacer propia la idea de Pallotti de la confederación apostólica y a plasmarla desde Schönstatt y con la espiritualidad de Schönstatt . Hizo esto sobretodo con la gracia del Santuario, la gracia en la cual María es la que congrega, cobija a sus hijos, los educa, los transforma para la comunión y luego los envía como testigos y misioneros para anunciar el evangelio en todas partes».
De hecho por eso él decía que «con la fuerza de la Alianza, con esos hijos espirituales de la Virgen en su Santuario, podría realizarse el carisma de San Vicente Pallotti», recuerda Cassone.
«En este contexto del Encuentro Mundial de Movimientos queremos volver a enarbolar esos ideales de la comunión entre los Movimientos», subraya el sacerdote.
Ya en 1998, cuando el Papa Juan Pablo II convocó a los Movimientos en Pentecostés del Año del Espíritu Santo, Schönstatt fue uno de los que participó activamente y quiso hacer presente esta idea.
A lo largo de estos ocho años ha ido cultivando muy diversos contactos, ya sea a nivel internacional como a nivel de los diversos países o de las diócesis. «Es un trabajo que ha sido muy fecundo, sobretodo con los grandes Movimientos plurales, con los que tenemos tantas cosas en común», expone este sacerdote argentino.
«Somos conscientes de que históricamente, Schönstatt, que se fundó en 1914, es el primer gran Movimiento plural de los que posteriormente se han ido dando en la Iglesia en estos años. Seguramente, en la Vigilia con el Santo Padre y en la Misa el Domingo en San Pedro, se va a mostrar la gran variedad y la gran unidad», explica.
«Por eso es un gran desafío mostrar que la comunión es posible y que la comunión se hace en la unión de corazones en la diversidad de los carismas, o sea realmente como una experiencia de Pentecostés. La pluralidad se hace unidad, y la unidad no rompe ni disminuye la pluralidad. Ese es un poco el sentido de la Vigilia a cargo del Movimiento de Schönstatt», concluye.
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