CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 2 junio 2006 (ZENIT.org).- Ser misionero es anunciar que Dios es amor, afirma Benedicto XVI en el mensaje que ha escrito con motivo del octogésimo Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) 2006.
Por este motivo, el tema escogido para este día, que en esta ocasión se celebra el domingo 22 de octubre, es «La caridad, alma de la misión»
«La misión, si no está orientada por la caridad, es decir, si no surge de un profundo acto de amor divino, corre el riesgo de reducirse a mera actividad filantrópica y social», advierte el Papa.
«El amor que Dios tiene por cada persona constituye, de hecho, el corazón de la experiencia y del anuncio del Evangelio, y cuantos lo acogen se convierten a su vez en testigos», añade.
«Toda comunidad cristiana está llamada, por tanto, a dar a conocer que Dios es Amor», señala.
Por este motivo, el Papa desea que la Jornada Misionera Mundial sea una oportunidad «para comprender cada vez mejor que el testimonio del amor, alma de la misión, concierne a todos».
«Servir al Evangelio no debe considerarse como una aventura en solitario, sino como un compromiso compartido de toda comunidad», subraya el texto.
«Junto a los que están en primera línea en las fronteras de la evangelización –y pienso con reconocimiento en los misioneros y las misioneras– muchos otros, niños, jóvenes y adultos, contribuyen con la oración y su cooperación en diversos modos a la difusión del Reino de Dios en la tierra», concluye el Santo Padre.