Al terminar la visita del Santo Padre a su país, el cardenal Dziwisz, cansado por los tres días de trabajo frenético en Cracovia, pero feliz por los resultados, accede a una charla. Y se emociona al tocar el tema de México. «Quiero hacer una comparación», dice. «Aquí la gente le gritó al papa Benediicto XVI: «Polonia, siempre fiel» (en México, los fieles hicieron del «México, siempre fiel», un canto colectivo). Esto me hace muy feliz. Pero cuando fui al aeropuerto para despedir al Papa me sentí muy triste».
La razón de su tristeza es que recordó el ánimo de Juan Pablo II cuando se despedía de los creyentes en sus visitas a Polonia. Cada vez que un amigo sincero se aleja es ocasión de dolor, dice.
«Polonia fue para Benedicto XVI lo que México fue para Juan Pablo II: su segunda Patria. México siempre amo a Juan Pablo II y el Papa lo sabía. Me repetía siempre: «Quiero ir a México, quiero visitar a México». Siempre se informaba de la situación de allá».
«¿Hasta el final?», «Claro –responde el purpurado–. El papa Juan Pablo II, aunque enfermo, quería regresar a México y honrar a la Virgen de Guadalupe. Se emocionaba».
El rostro del arzobispo de Cracovia se ablanda ante el recuerdo, y no vacila cuando se le pregunta cómo ve la fe de los mexicanos.
«México es un gran patrimonio para el catolicismo. Obviamente hay algunos problemas, pero todo el mundo católico tiene los mismos problemas. Pero nunca he encontrado, en ninguna parte del mundo, una fe tan viva, tan sincera, tan popular, en el sentido más noble del vocablo… Yo amo aquella tierra, todo allá resulta bueno, valiente».
Dziwisz dice ignorar si el papa Benedicto XVI tiene planes de visitar México y reitera el balance positivo de la visita papal. La gira, dice, fue «excelente. Polonia contestó como sabe hacer: con fe y alegría. Se lo repito: Polonia será la segunda patria de Benedicto XVI».
Pero el cardenal Dziwisz todavía está pensando en la segunda patria de Juan Pablo II. De pronto tomó de la mano a este enviado y, la voz rota por la emoción, dice. «Usted habla de México. Por favor, por medio de usted quiero saludar a todos los mexicanos e impartirles mi bendición».