Y es que, con el temor de que la disputa fronteriza con Etiopía lleve a un estallido de violencia, Eritrea ha llamado a filas a sacerdotes y seminaristas, explica este miércoles «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN).
De acuerdo con esta Obra de Derecho Pontifico, el gobierno eritreo ha ignorado por el momento las cartas de los tres obispos católicos del país en las que explican que el servicio en el ejército no resulta compatible con el papel del clero.
Los católicos representan a una pequeña minoría en un país de 4,7 millones de habitantes; la confesión ortodoxa y el credo musulmán son mayoritarios.
Sin embargo, el papel que desempeñan los católicos en la educación y la asistencia social ha dado a los prelados motivo para expresarse, visto que el gobierno está incrementando las tropas en la frontera con Etiopía.
Las fuerzas de paz de las Naciones Unidas llevan controlando la frontera desde el final de la guerra entre Etiopía y Eritrea en 2000 –recuerda AIN–, pero ahora la ONU tiene previsto retirar parte de sus 3.000 efectivos.