«Vamos a necesitar mucho apoyo en esta tarea», reconoció el presidente costarricense con motivo del encuentro que, según fuentes vaticanas, fue «muy cordial».
El coloquio privado entre el Santo Padre y el Premio Nobel de la Paz 1987 duró 24 minutos y, como es costumbre, tuvo lugar en la biblioteca privada del Papa.
Arias Sánchez entregó como regalo al pontífice un libro fotográfico, obra de Mario Bozzo, sobre los maravillosos parques naturales de Costa Rica y Benedicto XVI le entregó las medallas del pontificado y una copia, en español, de la encíclica «Deus caritas est».
Tras la audiencia, el presidente visitó la Basílica de San Pedro y se recogió en oración unos minutos en las grutas vaticanas, ante la tumba de Juan Pablo II.
La Oficina de Prensa no ofreció detalles sobre los argumentos afrontados en la conversación entre el Papa y el Premio Nobel.