CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 21 junio 2006 (ZENIT.org).- «Nos volveremos a ver en Ratisbona». Con estas palabras se despidió Benedicto XVI de la delegación de esta ciudad tras recibir este miércoles el título de ciudadano honorario. En septiembre próximo tiene previsto visitar la localidad bávara.
La delegación de Regensburg (nombre en alemán), estaba guiada por el alcalde, Hans Schaidinger, y por el obispo de la diócesis, monseñor Gerhard Ludwig Müller, teólogo de prestigio internacional.
En el encuentro, que tuvo lugar en una de las salas del Aula Pablo VI, tras la audiencia general, el Papa dio las gracias a esta ciudad en cuya universidad fue profesor de Dogmática e Historia de los Dogmas a partir de 1969, llegando a ser vicepresidente de la misma.
«Ratisbona –dijo, según informó «Radio Vaticano»– es una de las ciudades más antiguas de Alemania, pero es también una ciudad joven, llena e vitalidad», y la presentó como «un ejemplo de resistencia en los tiempos oscuros de la historia».
En su discurso no dejó de recordar el célebre Coro de los Pequeños Cantores de Ratisbona (el «Regensburger Domspatzen»), que durante años fue dirigido por su hermano sacerdote, monseñor Georg Ratzinger.
El Papa confesó que está deseando emprender al viaje apostólico a Alemania, el próximo mes de septiembre, en el que visitará esta ciudad, y se despidió diciendo: «Nos volvemos a ver en Ratisbona, nos volvemos a ver en la ciudad del Danubio».