CIUDAD DEL CABO, domingo, 3 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Los sacerdotes no son curanderos y los antepasados no tienen poderes sobrenaturales, explican los Obispos de África del Sur en una carta recogida por la agencia misionera de la Santa Sede «Fides».
«Constatamos, con una cierta preocupación, que algunos cristianos africanos, que viven momentos difíciles, se dirigen a las prácticas de la religión tradicional», reconocen en la misiva.
Los prelados se refieren en particular a las prácticas que prevén «la intervención de los espíritus de los antepasados, de espíritus médium, la consulta de adivinos, la magia y otras cosas».
«Lo que es aún más preocupante» se afirma en el documento «es el hecho que algunos sacerdotes y religiosos (además de laicos profesionales: maestros, médicos, enfermeros…) buscan convertirse en adivinos y curanderos».
Por este motivo los obispos han decidido difundir la carta pastoral para explicar una vez más las enseñanzas de la Iglesia católica y poner en evidencia los elementos culturales que contradicen el mensaje del Evangelio.
En primer lugar, el documento reafirma el significado del sacerdocio católico: «Los sacerdotes actúan en la persona de Cristo y no en las personas de los espíritus de sus antepasados. Ellos reciben autoridad y poder de la Iglesia y no a través de un ritual para convertirse en adivino –curandero–. La afirmación de actuar a través de una doble fuente de poder y autoridad confunde a los cristianos y debilita la imagen del sacerdote porque una contradice a la otra».
En el sur de África es común que personas en dificultad, en particular los enfermos, recurran a las prácticas de la religión ancestral.
«En este contexto –reconocen los obispos–, el sacramento de los enfermos empalidece hasta convertirse en algo insignificante a los ojos de los que sufren, porque la fe en Jesucristo no dcesempeña ningún papel. Esta práctica y estas creencias contradicen así las enseñanzas de la Iglesia sobre la curación».
Los Obispos recuerdan en cambio que «el Señor ha siempre mostrado una gran atención y cuidado por el bienestar corporal y espiritual de los enfermos. Esto se evidencia en el Evangelio y sobre todo en el sacramento de la unción de los enfermos».
Por lo que se refiere al culto de los antepasados, la carta pastoral de la Conferencia Episcopal de África del Sur, recuerda que «la creencia que los antepasados están dotados de poderes sobrenaturales se acerca a la idolatría».
«Es Dios y solamente Dios quien es omnipotente, mientras que los antepasados son sus creaturas. Ellos pueden ayudarnos solamente intercediendo por nosotros. Cuando nos dirigimos a los antepasados o santos, debemos usar la frase «ruega por nosotros» y no «haz esto por nosotros»».
«Toda forma de adivinación debe ser rechazada» continúa diciendo el documento. «Consultar horóscopos, astrólogos, lectura de la mano, recurrir a los mediums, son prácticas que esconden el deseo de poder sobre el tiempo, la historia y, por último, sobre los seres humanos. Un comportamiento correcto cristiano consiste, en cambio, en ponerse en las manos de la Providencia».
Los obispos ponen en guardia a los fieles contra la magia, simonía, medicinas mágicas, y concluyen su reflexión recordando el significado cristiano de la vida después de la muerte y la importancia de la oración por los propios difuntos que están aún en el Purgatorio.