Las grutas vaticanas se sitúan bajo la Basílica de San Pedro. Allí están enterrados varios papas, entre ellos, Benedicto XV, Pablo VI, Juan Pablo I, y Juan Pablo II.

El Papa Karol Wojtyla ocupa el lugar en el que estuvo enterrado, durante treinta años, el beato Papa Juan XXIII, cuyos restos fueron trasladados desde las grutas el 3 de junio de 2001, pocos meses después de ser beatificado, al altar de san Jerónimo, para permitir un mayor flujo de fieles devotos.

Junto a la tumba de Pablo VI está el lugar que los arqueólogos establecieron como sitio de la tumba del apóstol San Pedro, primer obispo de Roma, justamente bajo el altar mayor de la Basílica.

No todos los papas descansan en las grutas, algunos de ellos pidieron disposiciones especiales como León XIII, muerto en 1903, que eligió como lugar de sepulcro la basílica de san Juan de Letrán.

En las grutas también se custodian sarcófagos paleocristianos.