En el mensaje, enviado a través del secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone S.D.B, al nuncio apostólico en el país africano, el arzobispo Angelo Becciu, se constata que el Papa «acompañada turbado el drama de las poblaciones angoleñas golpeadas por lluvias torrenciales que han provocado luto, devastación y graves daños».
El pontífie asegura a estas personas «su cercanía» y encomienda «las víctimas a la misericordia de Dios», pidiendo el consuelo y el apoyo para sus familias y para quienes han perdido sus bienes».
El obispo de Roma concluye implorando «las más grandes bendiciones divinas» «sobre todos los que han quedado afectados por este drama, sin olvidar a las personas que participan en las ingentes operaciones de auxilio y reconstrucción».
Las inundaciones de los días pasados provocaron más de setenta muertos, aunque es difícil calcular el número de las víctimas sobre todo fuera de la capital, Luanda. Centenares de casas quedaron destruidas y miles de personas han perdido el techo.
El gobierno angoleño ha declarado el estado de emergencia y ha destinado fondos por diez millones de dólares para asistir a los damnificados en los próximos meses.