Tendencias globales en la familia

Aumenta la presión

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ROMA, martes, 30 enero 2007 (ZENIT.org).- Datos recientes muestran que el matrimonio y la vida familiar están sufriendo presiones en diversos países. En Estados Unidos el 51% de las mujeres en 2005 afirmaban no tener marido en 2005, según el New York Times del 16 de enero. La cifra era del 49% hace cinco años.

El porcentaje de mujeres casadas que viven con su marido varía según la raza. Citando datos de la Oficina del Censo, el artículo afirmaba que sólo el 30% de las mujeres de color decían vivir con su marido, en contraposición del 60% de las mujeres asiáticas. En medio del espectro están las mujeres hispanas, con el 49%, y las mujeres blancas no hispanas, con el 55%.

Las estadísticas tienen en cuenta a las mujeres con más de 15 años, que suman 117 millones. De este total, 63 millones están casadas. Esta cifra desciende, sin embargo, hasta los 57,5 millones cuando se tiene en cuenta el número de mujeres separadas o el de aquellas cuyos maridos no viven en casa.

Esta afirmación del artículo del New York Times depende, no obstante, de cómo se interpreten las estadísticas. En el apartado de las mujeres sin maridos se incluyen a quines tienen esposos trabajando lejos de casa, y los que son militares. En el apartado de las mujeres cuyos maridos están lejos trabajando se incluyen los militares. Además, al incluir a todas las mujeres con más de 15 años, el número de no casadas se infla debido a las adolescentes, que normalmente se espera que se casen en el futuro.

La situación es peor en Inglaterra, según los datos publicados el año pasado. Actualmente, en Inglaterra y Gales hay más mujeres solteras, divorciadas y viudas que casadas, según la Oficina Nacional de Estadística (ONS), informaba el Telegraph el 19 de diciembre.

Los datos revelan que, entre 1996 y el 2004, el número de mujeres divorciadas y solteras subió en un millón y medio. Según la ONS, en el 2003 había 11 millones de mujeres casadas, en comparación con las 10,89 millones de solteras, divorciadas o viudas. Las cifras cambiaron al año siguiente. En el 2004 los datos oficiales muestran que el número de mujeres casadas descendió hasta los 10,93 millones, mientras que el de solteras, divorciadas o viudas subió hasta los 11,9 millones.

Los jóvenes, especialmente las mujeres, cada vez posponen más el matrimonio. A principios de los 70, informaba el artículo del Telegraph, el 85% de las mujeres se casaba antes de los 30, en comparación con las estadísticas actuales que muestran que menos del 33% de las mujeres están casadas antes de esa edad.

El índice de embarazos adolescentes también es muy alto en Gran Bretaña. Según un estudio publicado el año pasado por Trust for the Study of Adolescence, una de las razones podría ser que las chicas adolescentes ven el hecho de convertirse en madres como una alternativa al permanecer en la escuela, o a trabajar en un puesto de bajo salario.

Informando sobre el estudio el 16 de julio, el periódico británico Independent indicaba que el estudio desafía la idea de que los embarazos adolescentes se deben a la ignorancia sobre la anticoncepción.

De hecho, los nacimientos de adolescentes están estrechamente relacionados con factores socioeconómicos, con 10 veces más adolescentes madres entre las familias de bajo ingresos que entre las que tienen una situación económica saneada. Los resultados del estudio se basan en entrevistas con madres de entre 13 y 22 años que viven en seis zonas empobrecidas de Gran Bretaña. El Independent observaba que los beneficios sociales para las madres adolescentes cuestan al gobierno británicos cientos de millones de libras al año.

Estancamiento en los matrimonios
En Canadá el número de matrimonios se ha estancado, según los datos publicados por la agencia gubernamental Statistics Canada el 17 de enero. El organismo informaba de que en el 2003 el total de parejas que se casaron fue de 147.391. El número fue sólo de 653 más que el año anterior, y sólo 773 más que en el 2001.

Statistics Canada informaba de un índice de matrimonios del 4,7 por cada 1.000 personas en el 2003. Indicaba que era un índice mucho más bajo que el de Estados Unidos, que tiene un 7,5. El índice más bajo de matrimonios ha sido el de la provincia de Québec, con 2,8 por 1.000. El informe afirmaba que esto se debe en parte al alto número de cohabitaciones entre las parejas. Los datos del censo del 2001 indicaban que en Québec el 29,8% de todas las parejas son relaciones de hecho.

Las estadísticas del 2003 también mostraban que los solteros siguen posponiendo el matrimonio. En Canadá (excluyendo Ontario), la edad media de las personas que se casan por primera vez fue de 30,6 para los hombres y 28,5 para las mujeres. Comparada con la situación de hace 30 años, la media de edad para el primer matrimonio ha subido cinco años en ambos sexos.

La vida familiar también se tambalea en Francia, observaba un artículo publicado en el Washington Post el 21 de noviembre. En el 2004, el último año del que hay cifras disponibles, el índice de matrimonios en Francia fue de 4,3 por cada 1.000 personas. Los únicos países con índice más bajos que el de Francia fueron Bélgica, con 4,1, y Eslovenia, con 3,3, observaba el artículo.

Los nacimientos fuera del matrimonio superan la mitad de total, sumando el 59% de todos los niños franceses primogénitos nacidos en el 2005.

La información de Irlanda también revela problemas para las familias allí. Según un artículo publicado por la página web www.catholicireland.net el 4 de noviembre, el rápido crecimiento en riqueza y prosperidad del país en los últimos 15 años «está en paralelo con aumento del índice de divorcios, tasas de natalidad más bajas, y el incremento de niños nacidos fuera de matrimonio».

Los datos publicados sobre el país en el Central Statistics Office Yearbook para el año 2006 revelaban que el número de personas separadas (incluidas las divorciadas) aumentó de 87.800 en 1996 a 133.800 en el 2002. El divorcio se legalizó en 1997.

El número de parejas de hecho, todavía bajo con respecto a otros muchos países, se ha más que doblado. Las parejas de hecho sumaban el 8.4% de todas las unidades familiares en el 2002, por encima del 3,9% de 1996. Los nacimientos fuera del matrimonio también aumentaron, alcanzando el 32% de todos los nacimientos en el 2005, en comparación con el 25% de 1998.

Ventajas del matrimonio
El declive de la vida matrimonial tradicional tiene lugar en un momento en el que los estudios siguen confirmando las ventajas de familias casadas estables, tanto para los padres como para los hijos. Un estudio publicado en mayo de 2006 en la revista Demography observaba que las parejas de hecho tienden a ser de breve duración, con cerca de la mitad llegando a su fin en menos de un año.

Además, las parejas de hecho no suelen ser un paso antes del matrimonio, especialmente entre las mujeres con bajos ingresos, puesto que en los siguientes cinco años sólo se casará un tercio de dichas parejas.

Estar casado ayuda a vivir más, informaba el periódico Scotsman el 10 de agosto. Un estudio de casi 67.000 adultos descubrió que aquellos que nunca se casaron tienen una probabilidad más grande de sufrir de una muerte temprana.

El estudio, de Robert Kaplan y Richard Kronick de la Universidad de California, se publicó en el Journal of Epidemiology and Community Health.

Encontraron que las ventajas del matrimonio no podían explicarse por los hábitos personales, como el fumar o el beber. Afirmaron que el aislamiento social podría ser el culpable.

Un estudio de 20.000 australianos también encontró grandes ventajas para el matrimonio, informaba el periódico Sydney Morning Herald el 12 de abril. El estudio lleva
do a cabo por investigadores de la Universidad de Melbourne descubrió que una vida familiar estable conduce a una mejor educación, a una mayor riqueza en el hogar, y a menudo es una mejor oportunidad para que los hijos crezcan y tengan relaciones más felices ellos mismos.

Leah Ward Sear, presidenta del Tribunal Supremo de Georgia, también defendía el matrimonio, en un artículo de opinión publicado por el Washington Post el 30 de octubre.

Algunos expertos en legislación familiar, observaba, sostienen la necesidad de leyes que apoyen «una amplia variedad de formas familiares». No obstante, basándose en su experiencia judicial, Sears comentaba que la forma tradicional de matrimonio «se ha asociado siempre a un impresionante y amplio arsenal de frutos positivos tanto para los niños como para los adultos».

Los conflictos legales por motivo de la ruptura familiar son altísimos, añadía Sears. En Georgia, los casos de relaciones domésticas suman actualmente el 65% de todos los casos a nivel de Tribunal Supremo. Esto no sólo impone una pesada carga para los recursos judiciales y del gobierno sino que también es una «tragedia» para los niños.

«Aceptar el declive del matrimonio como inevitable significa abandonar a muchos de nuestros hijos», concluía Sears.

Por el padre John Flynn

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ZENIT Staff

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