CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 4 marzo 2007 (ZENIT.org).- El diario de la Santa Sede ha ensalzado el «gesto ejemplar» de un médico italiano que ha presentado su dimisión como consejero del Colegio de Médicos para manifestar su oposición a la decisión de sus colegas de hacer la vista gorda ante la eutanasia.
El Colegio de Médicos decidió no emprender medidas disciplinares contra el doctor Mario Riccio, el anestesista que el 20 de diciembre desconectó el respirador mecánico que permitía vivir a Piergiorgio Welby, un enfermo que había pedido que se acabara con su vida.
El caso Welby, que tuvo amplia repercusión no sólo en Italia, desencadenó en este país el debate sobre la legalización de la eutanasia.
En la carta con la que presenta su dimisión, el doctor Stefano Ojetti subraya la convicción de que todo acto eugenésico está abiertamente en contra del juramento de Hipócrates y con el código de deontología médica.
Califica la muerte de Welbi como una «triste y oscura página de historia de nuestra medicina».
«El gesto de Ojetti merece la más elevada consideración y tiene un valor ejemplar para quienes ejercen la profesión médica», considera «L’Osservatore Romano» en su edición diaria en italiano del 4 de marzo.
«Al mismo tiempo, es un deber añadir una palabra de aliento para quienes, dentro de los órganos de decisión del Colegio de Médicos, siguen con su batalla en defensa de la vida, valor que hoy es sumamente atacado», añade el diario de la Santa Sede.
«De hecho –concluye–, la movilización en defensa de la vida pasa también a través del compromiso dentro de los órganos que tienen la competencia de reglamentar la actividad de los agentes médico-sanitarios».