KINSHASA, lunes, 16 abril 2007 (ZENIT.org).- No ha podido superar la gravedad de la agresión sufrida el mes pasado: el padre Richard Bimeriki, párroco de Jomba (en Rutshuru, a 70 kilómetros de Goma, capital congoleña de Kivu Norte), ha fallecido.

A los cuatro días de su muerte –ocurrida el 7 de abril- en el hospital donde estaba ingresado, la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, a través de su órgano informativo «Fides», confirmó la noticia.

El padre Bimeriki había sido agredido el 12 de marzo por un grupo de desconocidos, armados y con vestimentas militares, que se introdujeron en los locales parroquiales.

Según la agencia del dicasterio misionero, los atacantes, después de haber pedido al párroco bebida y comida, le dispararon varias veces.

Dada la gravedad de sus heridas, el sacerdote fue trasladado a Kigali (Ruanda) para poderle practicar la cirugía necesaria. Falleció en el hospital local Rey Faysal.

Sus funerales tuvieron lugar el 9 de abril en Buhimba, a una decena de kilómetros de Goma.

El sacerdote asesinado era responsable del único centro hospitalario de la zona, que atendía a más de 40 mil personas.

Recuerda «Fides» que el centro «Bugusa» de Jomba había sido saqueado durante los choques entre el ejército congoleño y un grupo rebelde liderado por Laurent Nkunda.

El padre Bimeriki había denunciado recientemente los daños sufridos en el centro, situación que obligaba a la población a recorrer decenas de kilómetros a pié para llegar al hospital más cercano, o bien a recurrir a la medicina tradicional.

Subraya «Fides» que a principios de mes algunos diputados electos de Kivu Norte habían denunciado el «reino del terror» impuesto por los grupos armados que operan en la región, y en particular los crímenes de la brigada del ejército desplegada en el área.

Según información de «Radio Vaticana», las fuerzas armadas congoleñas han anunciado una investigación sobre la muerte del sacerdote.

Por su parte el obispo Faustin Ngabu, durante el funeral celebrado en la catedral de Goma por el padre Bimeriki, ha condenado las violaciones de los derechos humanos que continuamente padece la población civil y los representantes eclesiales en el país africano.